El guión es de una sencillez maravillosa, exponer la trágica realidad sin adornos es su gran acierto. Los actores con sus interpretaciones contenidas están soberbios. El drama que se vivió queda a la vista de todos. Una serie magistral.

Un retrato familiar en la que cada miembro asume su papel con resignación. La infelicidad convierte la vida en una supervivencia desoladora. Los actores están sublimes. La dirección y la producción impecable, casi invisible.
Y por encima de todo Frances McDormand, su sola presencia ya justifica el visionado de la serie. Esta gran actriz luce toda su fuerza interpretativa y como una locomotora tira de la trama y conduce al espectador por el discurrir del tiempo, de las personas y de las estaciones, hasta el inevitable final.

La serie es lujosa y se apoya en grandes intérpretes pero los personajes son excesivamente simples y esa limitación empobrece mucho los diálogos. Este defecto se nota especialmente cuando pretende hacer comedia, ya que en vez de risas solo me provocó tristeza y en ocasiones hasta una mueca de desagrado.
La dificultad para disfrutar de esta serie es mi imposibilidad para empatizar con este modelo de familia americana en el que tu hermano es tu primer rival, al que debes superar para triunfar en la vida, un triunfo que se mide única y exclusivamente con dinero. Estos vínculos basados en el interés y aliñados con crueldad exigen al espectador distanciarse de los personajes para observar este zoológico detrás de las rejas.
Recomendada para aquellos que no necesiten identificarse con las tramas ni empatizar con los personajes.

Buenos actores y buena puesta escena para contar algo mil veces visto. Los personajes bien definidos en los primeros quince minutos repiten una y otra vez las mismas frases y las mismas conductas sin avanzar en ninguna dirección. Previsible y aburrida.

La novela en la que se basa, ideal para leer en la playa, es un producto bien elaborado con una correcta descripción de sus sencillos personajes y una trama bien llevada para mantener el suspense hasta las últimas páginas. Este tipo de artificios (gran volumen de páginas que tras desbrozarlas dejan a la vista una idea central muy escueta) no son fáciles de llevar a la pantalla, pues apenas podrás sacar un breve telefilme o una miniserie. Con tan poco material se necesitaría que tanto los guionistas como el director añadieran mucho de su parte para construir un producto digno.

Pues bien, vista la serie podemos constatar que no hay trabajo de guión ni de dirección, es una simple traslación de la novela a la pantalla dando como resultado unos personajes planos, sin chispa, interpretados por unos los actores que con tan poco material es imposible que estén bien. Destaca negativamente Patrick Dempsey, que no transmite nada de nada.

Un producto de entretenimiento que no aporta nada nuevo y que no exige al espectador ningún esfuerzo.