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Voto de Chagolate con churros:
8
Drama. Comedia. Thriller Un hombre gris y sin ganas de vivir contrata a un asesino a sueldo para que acabe con su vida, pues él carece de valor para hacerlo. Pero, inesperadamente, conoce a una mujer y cambia de idea: quiere seguir viviendo. El problema consiste en que debe encontrar al asesino que ha contratado antes de que éste ejecute su macabro encargo. (FILMAFFINTITY)
15 de abril de 2009
50 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planos: Es común, en el cine del finlandés encontrarnos con ciertas tomas alegóricas, sinécdoques o planos maestros donde la información es “simplemente” visual.

Encuadre: la cámara de Kaurismäki pocas veces se encuentra a la altura de los ojos. Solemos apreciarla a una altura que nos suena familiar: 80 centímetros (altura de los ojos de una persona sentada en un tatami).

Montaje: Las elipses precisas, de cirujano experto, consiguen dotar a los trabajos del director de un movimiento estremecedor. El ritmo, a diferencia de un cine más convencional, adquiere más vigorosidad con la cámara quietecita.

Fotografía: Kaurismäki retrata y pinta sus propios Nighthawks. Nunca el minimalismo daba tanta información.

Música: siempre participante activo de la escena. Su información nos ayuda a entender siempre unos personajes desdichados con alma optimista. Tangos (C. Gardel) y Jazz (B. Holiday) son los culpables de que veamos humo en los bares y tabernas sin que su director se gaste un duro en poner el humo. A eso, en mi pueblo, es a lo que se le llama economía de recursos.

Formas de usar el lenguaje cinematográfico hay tantos como personas con una cámara en sus manos. La conjunción del lenguaje de grandes directores de la historia ha dado como resultado Aki Kaurismäki: uno de los directores más extraordinarios del cine mundial.
Chagolate con churros
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