Cuando creíamos que ya nada podría sorprendernos, que todo estaba inventado, que la reinvención estaba agotada, que el cine perdía su magia…llegan estos chicos de Pixar y nos asisten un mazazo en toda el alma en forma de corazón robótico, cine en mayúsculas que sin lugar a dudas entra de lleno en el Olimpo de los dioses, una de las mejores obras de los últimos tiempos, una demostración perfecta de lo que debe ser el cine, EMOCIÓN por encima de todo.

El viaje de wall-e, único habitante del planeta, una tierra devastada por los cambios climáticos y completamente desertizada, es una de las experiencias más gratificantes que una pantalla de cine puede mostrarnos en años y es que sus primeros 45 minutos son de una genialidad aplastante, homenaje exultante al cine mudo, al humor de Buster Keaton o Charles Chaplin, al poder de la imagen y de los sonidos, toda una demostración de principios.

La historia de amor entre sus dos pequeños protagonistas es una de las más hermosas vistas en la historia del cine, es casi perfecto como con apenas unos ojos y cuatro sonidos se pueden expresar tantas emociones y hacer partícipe al espectador de una historia contada desde el talento.
He de reconocer que lloré y reí como hacía tiempo y es que los de Pixar no entienden de formas, da igual que nos disfracen esta cinta de animación de ultimísima generación lo que quedó claro ya hace tiempo es que ellos de lo que entienden es de CINE , del arte de la imagen y del poder del celuloide como medio de expresión.

LO MEJOR: Todo el universo imaginario que crean a nuestro alrededor, y las múltiples referencias y homenajes a lo largo del metraje, sobre todo a la ciencia-ficción con 2001 o Inteligencia Artificial como máximas inspiradoras, sin olvidar ese tributo al musical con Hello Dolly o ese ataque sublime al consumismo desaforado mucho más eficiente que cualquier documental pedagógico y unos soberbios títulos de créditos que nadie debería perderse.

LO PEOR: Quizás una banda sonora algo desafortunada aunque eficiente de Thomas Newman y es que el sonido American Beauty pesa y mucho.