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Voto de alex:
5
Voto de alex:
5
6.3
12,509
2 de enero de 2008
2 de enero de 2008
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cójase unos cuantos escenarios interiores elegantes y desolados, bañados con luces amarillentas o rojizas, y otros escenarios exteriores soleados, con palmeras, preferiblemente de la zona de Hollywood, y hágase transitar por ellos a un puñado de actores con expresiones de estupor o de perversión, y fotografíese todo ello con lentes de gran angular para producir una distorsión, y luego aderécese con una música pausada, “de ascensor”, antes de editar de modo aleatorio, aunque siempre conservando un ritmo lento, y ya tenemos la fórmula Lynch para hacer películas.
Conociendo esa fórmula, es fácil tomarse el visionado de esta película, o de cualquier otra de las últimas que ha hecho Lynch, con una filosofía acorde, y sin dejar el “forward” ni por un instante (ni por un momento se os ocurra ver una peli como esta en el cine), saltar de aquí para allá –como si fuera un videojuego o un videoarte interactivo- en busca de imágenes atractivas. Si seguimos esta metodología incluso cabe la posibilidad de que lo pasemos francamente bien. Aunque para ello también sería conveniente recordar máximas del tipo: “nada tiene sentido”, “la realidad es solo un sueño” y “todo está en la mente”, porque si lo que buscas es emocionarte con una buena historia –aun aceptando que pueda ser algo críptica- lo tienes chungo.
Se me dirá que estamos ante una obra maestra del surrealismo, la versión contemporánea e inimitable de Cocteu o Dalí; pues vale si es por un ratito, un cortometraje por ejemplo. Pero casi tres horas de (surrealismoímagenesdelinconsicienteenplancrípticodelirante) es francamente demasiado.
Conociendo esa fórmula, es fácil tomarse el visionado de esta película, o de cualquier otra de las últimas que ha hecho Lynch, con una filosofía acorde, y sin dejar el “forward” ni por un instante (ni por un momento se os ocurra ver una peli como esta en el cine), saltar de aquí para allá –como si fuera un videojuego o un videoarte interactivo- en busca de imágenes atractivas. Si seguimos esta metodología incluso cabe la posibilidad de que lo pasemos francamente bien. Aunque para ello también sería conveniente recordar máximas del tipo: “nada tiene sentido”, “la realidad es solo un sueño” y “todo está en la mente”, porque si lo que buscas es emocionarte con una buena historia –aun aceptando que pueda ser algo críptica- lo tienes chungo.
Se me dirá que estamos ante una obra maestra del surrealismo, la versión contemporánea e inimitable de Cocteu o Dalí; pues vale si es por un ratito, un cortometraje por ejemplo. Pero casi tres horas de (surrealismoímagenesdelinconsicienteenplancrípticodelirante) es francamente demasiado.