Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with marmo
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de marmo:
9
Voto de marmo:
9
8.0
22,851
Intriga. Drama
Japón, siglo XII. En Kioto, bajo las puertas del derruido templo de Rashomon, se guarecen de la torrencial lluvia un leñador, un sacerdote budista y un peregrino. Los tres discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal y violado a su esposa. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer, del señor feudal -con la ayuda de un médium- y del leñador, único ... [+]
14 de julio de 2009
14 de julio de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rashomon ya es un clásico del cine y verla hoy produce un bello escalofrío. Una anécdota sencilla se torna en las manos y en la cámara de Kurosawa en una experiencia sobrecogedora. Lo que vemos es cine con mayúsculas, casi una obra maestra. ¿Dónde reside su hechizo? Por una parte, en su realización, con una fuerza visual excepcional. Por otra parte, en la comple-
jidad de lo narrado y su exposición. Y lo más importante, nosotros somos, como espectadores,
parte indispensable de la trama. He aquí la gran novedad, somos parte y juez de la película;
nuestra implicación es indispensable. Esto hasta Kurosawa no había ocurrido antes.
Cuando nos enfrentamos ante el calibre de esta película nos faltan palabras para describirla y
lo mejor que puedo decir es recomendar su visión de manera apasionada; uno no lamentará
su visionado, todo lo contrario, comprobará que Rashomon es arte, arte cinematográfico.
jidad de lo narrado y su exposición. Y lo más importante, nosotros somos, como espectadores,
parte indispensable de la trama. He aquí la gran novedad, somos parte y juez de la película;
nuestra implicación es indispensable. Esto hasta Kurosawa no había ocurrido antes.
Cuando nos enfrentamos ante el calibre de esta película nos faltan palabras para describirla y
lo mejor que puedo decir es recomendar su visión de manera apasionada; uno no lamentará
su visionado, todo lo contrario, comprobará que Rashomon es arte, arte cinematográfico.