Puede que los bajos costes de producción de la serie hagan que la calidad no esté a la altura de otras series de postín, pero al final lo que importa realmente es que un producto tenga la capacidad de captar la atención del observador, y eso lo consigue claramente La Brea.

Su punto fuerte es precisamente la parte más importante que un trabajo audiovisual tiene que ofrecer y es la sagrada propiedad de entretener, y en este caso La Brea cuenta principalmente para ello con una buena historia que sostiene el interés de cada capítulo de manera notable.

El resto de aspectos técnicos e interpretativos que acompañan al argumento son más que aceptables para no romper ese estado de atención que la historia consigue suscitar. Hasta tal punto es asi que los capítulos son devorados uno tras otro sin interrupción.

En definitiva, La Brea es un producto interesante que tiene los suficientes registros para atraparte.