La historia se mete en la vida de tres hermanos que cometen un asesinato y tras ser detenidos buscan evitar la cárcel, por lo que terminan condenando al más joven que rápidamente cumplirá con sus años en prisión.
Una vez que se reencuentran, el mayor se ha involucrado en el tráfico de drogas mientras el mas joven se encarga de llevar adelante una pequeña panadería/pizzería que es utilizada como pantalla para traficar la cocaína.
En la búsqueda de un cargamento en Siria, los capos de la droga intentan asesinar a Ziad (Alain Saadeh), pero este consigue escapar y quedarse con el envío; aunque sus jefes no le creen la coartada e intentan que les devuelva la droga.
Buscando un método para pasar la droga a Europa, Ziad descubre que una de las opciones es hacerlo a través de latas de rollos fílmicos que no son analizados ni abiertos en los controles de los aeropuertos; es por eso que se pone a filmar una película para lograr traficar y vender la droga.