Mi primer acercamiento al cine mudo fue con esta maravillosa película del gran Chaplin. Y cómo disfrute con ella. He reido, he llorado, he sentido y he vibrado con esta magnífica película que merece estar entre las mejores. La señorita Cherrill hace un papel delicioso, y el duo del ricachón y el entrañable Charlot aportan algunos momentos memorables. El uso de la música es exquisito, acompañando a la perfección cada escena.
Se la recomiendo a todo el mundo, porque es una auténtica joya que derrocha humor y ternura, con uno de los mejores finales que puedo recordar: "Ahora te veo".