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Voto de SEÑOR SPINALZO:
9
Pina
2011 Alemania
Documental, Intervenciones de: Pina Bausch
7.6
4,599
Documental Homenaje de Wim Wenders en 3-D a la bailarina y coreógrafa alemana Pina Bausch, maestra de la danza, en un documental que recoge principalmente los testimonios de sus colaboradores. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien dijo que el cine estaba muerto y era incapaz de dar nuevas obras maestras. Pues yo mismo. Es por ello que debo retractarme tras el visionado de “Pina”, ya que Wim Wenders consigue crear una gran película apoyándose en ese universo misterioso y mágico de la gran Pina Bausch. Pero lo mejor de todo es que lo hace valiéndose de los más grandes avances técnicos del séptimo arte, creando la primera película estereoscópica relevante de la Historia del Cine. Por primera vez, esta técnica se pone al servicio del arte gracias a su tratamiento puro y coherente, rompiendo así con los típicos alardes cinéticos del 3D que a día de hoy se sitúan como auténticos clichés visuales. Con todo, aún falta mucho para alcanzar la madurez en este sentido, con lo que Pina sería un logro aislado.

Dicen por ahí que la película es un documental. Sin duda, tal afirmación es decir muy poco sobre ella. Logra trascender y sobrepasar los límites a tal etiqueta: drama, comedia, experimental, cine performativo… Vemos, pues, otro de los grandes logros de la película que es conjugar todos esos elementos para darnos una pieza totalmente hipnótica. Decir que este trabajo nació en su momento como una colaboración entre el tándem Bausch-Wenders, convirtiéndose finalmente en un digno homenaje hacia una de las más grandes coreógrafas del siglo pasado. Y es que la película no dice nada sobre la bailarina, y lo dice todo al mismo tiempo, ya que se recrea en aquellos momentos clave de sus coreografías, fuente directa de conocimiento sobre sus anhelos internos. Viendo la película, conocemos de primera mano sus principales logros: su coreografía para “La consagración de la primavera” (1975), sobre la célebre música de Igor Stravinsky; y el magnífico “Café Müller” (1978), acompañado con algunos de los momentos más mágicos e igualmente trágicos de la música de Henry Purcell. Ambos casos son un buen ejemplo para ver su búsqueda de la perfección del cuerpo humano a través del movimiento, a veces mesurado y cargado de “ethos”, otras veces descontrolado en la búsqueda del “pathos”. Finalmente, lo consigue, eleva la danza a una categoría superior que compite en igualdad con sus contrapuntos musicales, logrando una conjunción y perfección total.

No sería de extrañar que el visionado de la película capte nuevos adeptos al arte de esta señora. A sus facetas artísticas debería sumarse el rol de directora y guionista en el filme “Die Klage der Kaiserin” (1990), fuente de inspiración para momentos puntuales de la película de Wenders. Pero, los amantes del séptimo arte puede que echen de menos más apariciones de la artista en este medio, resumidas a dos únicos casos casi anecdóticos como son el personaje de Lherimia en “E la nave va” (1983) de Fellini; y en “Hable con ella” (2002) de Almodóvar como bailarina del “Café Müller”. Si es así, ahí está esta película para llenar ese pequeño vacío, a día de hoy un clásico moderno e imperecedero del arte cinematográfico.
SEÑOR SPINALZO
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