Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Gilbert
colaborador
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por Gilbert
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Gilbert:
9

Voto de Gilbert:
9
7.6
1,878
Drama. Comedia
Biografía del campeón de boxeo James J. Corbett. Conocido como 'Gentleman Jim', Corbett se convirtió en el primer campeón del mundo de los pesos pesados en 1892, cuando derrotó a John L. Sullivan, tras la entrada en vigor de las llamadas reglas de Queensberry, que exigían la utilización de unos guantes hinchados para proteger los nudillos, un cuadrilátero con unas medidas determinadas y establecían la duración del combate... En Estados ... [+]
14 de septiembre de 2010
14 de septiembre de 2010
64 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una tendencia en el cine en el que para contar algo, se recurre a lo fácil: dramatizarlo todo. La coartada es que el cine ha de reflejar la vida, y la visión mayoritaria de la vida actualmente es ésa: un drama. Una falacia sustentada en un error.
Esta película está basada en la autobiografía de James J. Corbett, un boxeador del siglo XIX. Seguramente los hechos contados en el filme están tergiversados, pero no son falsos. Los hechos, repito.
Bien, pues a grandes rasgos éste es el ambiente en el que creció Corbett: orígenes pobres, padre borrachuzo, peleas familiares y conflictos conyugales. Los ingredientes perfectos para hacer un dramón moderno de tomo y lomo. Porque en esa época no existía aún Auschwitz, porque si no el guionista actual gasea a Corbett como fin de fiesta, para mayor regocijo lacrimoso del espectador.
Sin embargo "Gentleman Jim", de la tragicomedia de la vida, obvia la visión dramática y narra lo mismo pero en versión festiva. ¿Somos pobres? Mejor, así nos colamos en las fiestas de los ricachones, y juerga. ¿El padre llega borracho? Juerga. ¿Los hermanos están todo el día atizándose? Juerga. ¿Los novios se putean? Juerga.
Hacer bien esto lo encuentro dificilísimo. Narrar con desenfado es un don. O lo haces muy bien o quedas en el más espantoso de los ridículos. No suele haber término medio.
La mayor objeción que suele haber a este tipo de películas es "que no reflejan la realidad". Pero, ¿desde cuándo el arte ha de reflejar la realidad? Bueno, aquí yerro yo, porque el cine sí ha de reflejar la realidad, pero la realidad del cine, no de la vida. La tentación del cinéfilo es no saber separarlos.
Realmente no es nada fácil hacer una película feliz. No señor, no es nada fácil.
Esta película está basada en la autobiografía de James J. Corbett, un boxeador del siglo XIX. Seguramente los hechos contados en el filme están tergiversados, pero no son falsos. Los hechos, repito.
Bien, pues a grandes rasgos éste es el ambiente en el que creció Corbett: orígenes pobres, padre borrachuzo, peleas familiares y conflictos conyugales. Los ingredientes perfectos para hacer un dramón moderno de tomo y lomo. Porque en esa época no existía aún Auschwitz, porque si no el guionista actual gasea a Corbett como fin de fiesta, para mayor regocijo lacrimoso del espectador.
Sin embargo "Gentleman Jim", de la tragicomedia de la vida, obvia la visión dramática y narra lo mismo pero en versión festiva. ¿Somos pobres? Mejor, así nos colamos en las fiestas de los ricachones, y juerga. ¿El padre llega borracho? Juerga. ¿Los hermanos están todo el día atizándose? Juerga. ¿Los novios se putean? Juerga.
Hacer bien esto lo encuentro dificilísimo. Narrar con desenfado es un don. O lo haces muy bien o quedas en el más espantoso de los ridículos. No suele haber término medio.
La mayor objeción que suele haber a este tipo de películas es "que no reflejan la realidad". Pero, ¿desde cuándo el arte ha de reflejar la realidad? Bueno, aquí yerro yo, porque el cine sí ha de reflejar la realidad, pero la realidad del cine, no de la vida. La tentación del cinéfilo es no saber separarlos.
Realmente no es nada fácil hacer una película feliz. No señor, no es nada fácil.