Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Joseja93:
9
Thriller. Intriga. Drama Manuel (Antonio de la Torre), un influyente vicesecretario autonómico que lo tiene todo a favor para dar el salto a la política nacional, observa cómo su perfecta vida se desmorona a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción junto a Paco, uno de sus mejores amigos. Mientras los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo, el partido cierra filas y únicamente Paco sale ... [+]
16 de julio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL REINO – LA VERDAD DUELE

El reino no es la primera ni será la última película o producción hecha sobre la corrupción, ni siquiera en España, donde no está de más recordar la muy recomendable serie Crematorio, con Pepe Sancho, de la que esta bebe en muchos elementos. Pero al César lo que es del César. Mejor dicho, a los políticos corruptos, además de lo de los demás, lo que es suyo también: El reino, de Rodrigo Sorogoyen, es mucho más que un retrato de los trapos sucios que hay, ha habido y habrá en este país, es un reflejo tan honesto que hace daño de lo que es nuestra sociedad, e incluso de nosotros mismos.

No soportamos saber que alguien ha robado ante nuestras narices, pero nos quedamos con el dinero cuando nos dan con el cambio más de lo que nos corresponde, como se aprecia de manera muy sutil en una de las escenas. Y es que, ante todo, lo que hace más grande a esta cinta es eso: los detalles, las indirectas, los silencios y las frases lapidarias.

El guion elaborado por el director Rodrigo Sorogoyen y la guionista Isabel Peña es redondo en todas sus frases y situaciones hasta un tenso y brillante diálogo final entre el protagonista de la cinta, Antonio de la Torre, un miembro del partido al que le ha tocado ser el Bárcenas de turno, y una periodista, Bárbara Lennie. Un culmen en el que se alcanza el clímax cinematográfico del film, que muestra que el problema no es tanto de soluciones, culpas o responsables, sino de base, de valores sociales e intereses personales encontrados.

Los detalles harán las delicias de cualquier persona que siga mínimamente la actualidad, con referencias implícitas y escondidas en los planos a muchos de los casos de corrupción más famosos de nuestro país, y sin mencionar abiertamente el nombre de ningún partido, síntoma de que lo mostrado en pantalla no es un ataque concreto a nadie, sino que el problema que nos encontramos en nuestro mundo es peor aún: es sistémico.

La crítica política y social carga las tintas en cada línea hasta formar una atmósfera turbia y podrida de amistades y enemistades que varían como una veleta en función de las circunstancias. Esas motivaciones son la que engrasan la perfecta maquinaria de relaciones entre la Administración Pública y el empresariado.

La dirección es simplemente magistral en el caso del que posiblemente sea el mejor director español actual. Sorogoyen vuelve a superarse y ponerse techo año tras año, empezando fuerte con su film Stockholm y poniéndonos el corazón en un puño con Que Dios nos perdone y un espeluznante cortometraje en plano secuencia titulado Madre. El ensamblaje de cada pieza en este puzle deshonesto está cuidado en cada escena, y nos deja para el recuerdo algunos planos secuencia sin cortes en los que todo puede suceder sin vuelta atrás.

En consonancia a ello, la parte técnica se ajusta perfectamente a la historia que quiere contar y contribuye de manera decisiva a ese aire de muerte y ruina moral envuelto en casas de lujo y cruceros en yate. Una sensación de tren descarrilado que va in crescendo a medida que el metraje avanza y el ritmo, lento pero pausado, aumenta la agonía de los acontecimientos.

Para terminar, hay que hacer una mención especial a uno de los mejores repartos que podían combinarse actualmente en el cine español. A los solventes y veteranos Ana Wagener y José María Pou, que auguran dos nominaciones como secundarios en los Goya, se suman la excepcional interpretación de Bárbara Lennie, el vehemente y descarnado Luis Zahera, la sorprendente actuación de Nacho Fresneda y el pilar sobre el que se sostiene todo y que da su auténtica dimensión dramática a la película: un descomunal Antonio de la Torre que, sin ánimo de gafarle, debería tener el Goya asegurado después de tantas candidaturas anteriores.

En resumen, posiblemente El reino sea la película más completa y redonda de los últimos años, un deleite para los amantes del buen cine y de los thrillers políticos y una película imprescindible para aquellos que aún no saben qué problemas hay en nuestro país. Desde Creative Katarsis, esperamos que os guste.

También disponible: https://creativekatarsis.com/el-reino-miedo-nuestro-espejo-mas-sucio/
Joseja93
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow