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Voto de Francis:
10

Voto de Francis:
10
6.5
67,680
Ciencia ficción. Fantástico. Drama
En un mundo futuro, los seres humanos conviven con sofisticados robots llamados Mecas. Los sentimientos son lo único que diferencia a los hombres de las máquinas. Pero, cuando a un robot-niño llamado David se le programa para amar, los hombres no están preparados para las consecuencias, y David se encontrará solo en un extraño y peligroso mundo. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2009
25 de octubre de 2009
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Filme más que recomendable desde mi punto de vista. Criticado duramente en ocasiones por su final incomprendido. Enmarcada en un argumento que nos lleva a las cuestiones morales, filosóficas y sentimentales más esenciales y al mismo tiempo complejas que podamos plantearnos. Una obra maestra incomprendida que considero, ha dejado a la respetadísima Blade Runner, como el segundo icono de la ciencia ficción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quiero comenzar con una frase que podemos leer en la presentación de esta película en esta Web: "Si hubieran eliminado la media hora final sería una obra maestra" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)".
¿Cómo puede alguien que escribe para el Diario El Mundo escribir algo así? No entraré en si al Sr. Carlos Boyero le ha gustado o no la película o el final de la misma, pero me parece básico pensar que una buena historia debe dejar cerradas todos los argumentos expuestos e incógnitas planteadas. Vayamos a temas objetivos. Al principio del filme nos habla una voz en off, que si la película concluye sin esa media hora mencionada ¿quién nos está contando la historia? Este dato u otros menos relevantes se despejan en esa media hora, luego no podría ser una obra maestra sin esa media hora del epílogo.
Es esta media hora genial, la que sumada a la excelente trama, narración, música o interpretación, nos lleva a ver algo tan profundo que nos cuesta asimilar. Esta media hora nos cuenta el final de David, sin ella tendríamos que creer que queda "eternamente" suplicando a la figura del Hada Azul que le convierta en un niño de verdad. No creo que la película tuviera que concluir con algo tan abstracto como "eternamente" cuando el resto del metraje tiene una precisión, en todos sus argumentos, memorable. La película nos lleva a, una vez superado el dilema moral de si debían o no crear a David, que lo verdaderamente importante es, que como nosotros, como los humanos de carne y hueso, no hemos elegido vivir ni sentir, pero lo hacemos y no nos gustaría ser rechazados por algo que no hemos decidido. Lo que importa en esta historia es que los sentimientos de David existen, al igual que los nuestros. Sólo difieren en su origen que es artificial y no natural, pero su existencia es innegable.
Un concepto que nos llega de la mejor forma contada posible, envuelta en un cuento con similitudes evidentes a Pinocchio o Frankestein, una enternecedora historia en la que el ser humano es conocido por un legado que consigue humanizarse al conquistar el Amor de una persona. No creo que haya una forma mejor de recordar al ser humano que con algo hecho por él mismo que es capaz de mirarle con más Amor del que nos miramos a nosotros mismos. David se humaniza con su perseverancia y sobre todo con su capacidad de Amar. Una lección para muchos de cómo deberíamos alcanzar el orgullo de sentirnos humanos.
¿Cómo puede alguien que escribe para el Diario El Mundo escribir algo así? No entraré en si al Sr. Carlos Boyero le ha gustado o no la película o el final de la misma, pero me parece básico pensar que una buena historia debe dejar cerradas todos los argumentos expuestos e incógnitas planteadas. Vayamos a temas objetivos. Al principio del filme nos habla una voz en off, que si la película concluye sin esa media hora mencionada ¿quién nos está contando la historia? Este dato u otros menos relevantes se despejan en esa media hora, luego no podría ser una obra maestra sin esa media hora del epílogo.
Es esta media hora genial, la que sumada a la excelente trama, narración, música o interpretación, nos lleva a ver algo tan profundo que nos cuesta asimilar. Esta media hora nos cuenta el final de David, sin ella tendríamos que creer que queda "eternamente" suplicando a la figura del Hada Azul que le convierta en un niño de verdad. No creo que la película tuviera que concluir con algo tan abstracto como "eternamente" cuando el resto del metraje tiene una precisión, en todos sus argumentos, memorable. La película nos lleva a, una vez superado el dilema moral de si debían o no crear a David, que lo verdaderamente importante es, que como nosotros, como los humanos de carne y hueso, no hemos elegido vivir ni sentir, pero lo hacemos y no nos gustaría ser rechazados por algo que no hemos decidido. Lo que importa en esta historia es que los sentimientos de David existen, al igual que los nuestros. Sólo difieren en su origen que es artificial y no natural, pero su existencia es innegable.
Un concepto que nos llega de la mejor forma contada posible, envuelta en un cuento con similitudes evidentes a Pinocchio o Frankestein, una enternecedora historia en la que el ser humano es conocido por un legado que consigue humanizarse al conquistar el Amor de una persona. No creo que haya una forma mejor de recordar al ser humano que con algo hecho por él mismo que es capaz de mirarle con más Amor del que nos miramos a nosotros mismos. David se humaniza con su perseverancia y sobre todo con su capacidad de Amar. Una lección para muchos de cómo deberíamos alcanzar el orgullo de sentirnos humanos.