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Voto de Excéntrico:
6
7.0
37,169
Thriller. Drama
Dos hermanos de familia burguesa se encuentran en una situación desesperada y necesitan conseguir dinero sea como sea: Andy (Philip Seymour Hoffman), un ambicioso ejecutivo adicto a la heroína, le propone a su hermano Hank (Ethan Hawke), cuyo sueldo se va casi íntegramente en pagar la pensión de su ex mujer, dar un golpe perfecto: atracar la joyería que sus padres tienen en Nueva York. Aunque a primera vista parece muy fácil, las ... [+]
20 de octubre de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vas a ver una película al cine, normalmente se acude con más o menos prejuicios en función de lo que se conoce que se va a ver. Esta película o lo que nos han contado de ella críticos y opinadores por doquier, se enmarca en el terreno del cine negro de entidad, de categoría. Pues bien, a la hora de hacer un juicio de valor se eleva el listón y punto.
Siempre me ha parecido absurdo mezclar churras con merinas y dedicarse a buscar pegas a películas de mero entretenimiento, si éste se logra, me parece tan absurdo como no hacerlo con aquellas que presumen de estar por encima.
El caso es que esta película, para empezar ya trata un género que es de los que apuesta por pertenecer al Olimpo. La tragedia y todo lo que supone un extremo sufrimiento humano es el método ideal para hacerse con más adeptos con poco esfuerzo. La crítica a la sordidez humana ya entra en el supuesto terreno filosófico (al menos lo pretende) y por ello se postula como presuntamente sabia o con aires de serlo. Igualmente como digo, no hay nada más democrático y que aúne mayor número de corazones entregados que la tragedia, ya que a poco que se entregue correctamente, ésta siempre vence las reticencias de los más escépticos. Las comedias difícilmente hacen reír a todos, los romances los evitan los desengañados y las buenas intenciones en un anhelado mundo feliz son una utopía digna de ser masacrada por aquellos que existe una amrgura en su alma. Bien pues: tragedia.
La trama es interesante. Un caso de preterintencionalidad en el cual todo se desboca por las circunstancias.
¿Qué más? Poco más. Los retazos psicológicos se deben adivinar en según que tramos de la película ya que todo transcurre rápida y a la vez lentamente. Los hechos se precipitan, las decisiones se toman sin meditación, pero transcurre un mundo de detalles más crematísticos que puramente psicológicos. Las muecas de los protagonistas ayudan y Seymour Hoffman vale lo que gana, pero no busquemos mucha profundidad al asunto. El drama se viste sólo en las acciones algo previsibles dado un momento concreto.
La película está bien trenzada, pero aparecen fallos dignos de mención en el guión que quizás el dramatismo convierta en opacos. Falta coherencia en detalles y sobra en otros.
Siempre pienso que cuando se trata de los extremos de las emociones humanas, es mucho más sencillo colar errores que cantan en los pasatiempos. La película es un golpe, un intento de no se qué, pero la actuación de Hoffman es lo que más vale la pena.
Siempre me ha parecido absurdo mezclar churras con merinas y dedicarse a buscar pegas a películas de mero entretenimiento, si éste se logra, me parece tan absurdo como no hacerlo con aquellas que presumen de estar por encima.
El caso es que esta película, para empezar ya trata un género que es de los que apuesta por pertenecer al Olimpo. La tragedia y todo lo que supone un extremo sufrimiento humano es el método ideal para hacerse con más adeptos con poco esfuerzo. La crítica a la sordidez humana ya entra en el supuesto terreno filosófico (al menos lo pretende) y por ello se postula como presuntamente sabia o con aires de serlo. Igualmente como digo, no hay nada más democrático y que aúne mayor número de corazones entregados que la tragedia, ya que a poco que se entregue correctamente, ésta siempre vence las reticencias de los más escépticos. Las comedias difícilmente hacen reír a todos, los romances los evitan los desengañados y las buenas intenciones en un anhelado mundo feliz son una utopía digna de ser masacrada por aquellos que existe una amrgura en su alma. Bien pues: tragedia.
La trama es interesante. Un caso de preterintencionalidad en el cual todo se desboca por las circunstancias.
¿Qué más? Poco más. Los retazos psicológicos se deben adivinar en según que tramos de la película ya que todo transcurre rápida y a la vez lentamente. Los hechos se precipitan, las decisiones se toman sin meditación, pero transcurre un mundo de detalles más crematísticos que puramente psicológicos. Las muecas de los protagonistas ayudan y Seymour Hoffman vale lo que gana, pero no busquemos mucha profundidad al asunto. El drama se viste sólo en las acciones algo previsibles dado un momento concreto.
La película está bien trenzada, pero aparecen fallos dignos de mención en el guión que quizás el dramatismo convierta en opacos. Falta coherencia en detalles y sobra en otros.
Siempre pienso que cuando se trata de los extremos de las emociones humanas, es mucho más sencillo colar errores que cantan en los pasatiempos. La película es un golpe, un intento de no se qué, pero la actuación de Hoffman es lo que más vale la pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Detalles algo incongruentes:
- El listo del hermano mayor que recrimina los errores del menor ¡Deja una tarjeta de visita al futuro comprador de la mercancía robada! que para colmo resulta ser conocido del padre y un “chorizo” reconocido en el ramo.
- Parece muy necesaria una policía autista para dar algún sentido a la trama, si la tiene.
El hecho de que todos pensáramos en la esposa del atracador como primer cabo suelto parece no ser un problema en el filme para los agentes de la ley (se supone) que parece dirimirse mansamente con la aparición de un hermano con pinta de mafioso.
- El padre viudo tiene el cadáver del hombre que disparó a su esposa, pero tras leer la identificación del atracador en el periódico, le lleva a no se que consideración metafísica a la búsqueda de no se sabe bien qué por un argumento más bien peregrino. Es el quid de una trama que no tiene demasiado sentido y que supone el “descanso” del progenitor cuando elimina al hijo, por lo visto el necesario instigador en su componenda mental casualmente adivinada.
- Atracan una joyería de los padres y no se molestan siquiera en verificar previamente quién estará en ella.
- Dan importancia al hecho de que el atracador fuera armado cuando quien usa una pistola, inicialmente es la madre dado que hay una en un cajón de la tienda que parece resultar más difícil de alcanzar que el botón de alarma. Menos mal que no fue el hijo, porque de ser así, la madre le descerraja un tiro.
- Cuando van a casa de la esposa de Bobby en la que les espera el hermano, tras dispararle a éste, se pone a charlar mirando a otro lado tranquilamente un minuto esperando a que le disparen, pero es que el hermano que está siendo apuntado está orientado a la esposa, lo cual no parece un problema ni por reflejo condicionado.
- El listo del hermano mayor que recrimina los errores del menor ¡Deja una tarjeta de visita al futuro comprador de la mercancía robada! que para colmo resulta ser conocido del padre y un “chorizo” reconocido en el ramo.
- Parece muy necesaria una policía autista para dar algún sentido a la trama, si la tiene.
El hecho de que todos pensáramos en la esposa del atracador como primer cabo suelto parece no ser un problema en el filme para los agentes de la ley (se supone) que parece dirimirse mansamente con la aparición de un hermano con pinta de mafioso.
- El padre viudo tiene el cadáver del hombre que disparó a su esposa, pero tras leer la identificación del atracador en el periódico, le lleva a no se que consideración metafísica a la búsqueda de no se sabe bien qué por un argumento más bien peregrino. Es el quid de una trama que no tiene demasiado sentido y que supone el “descanso” del progenitor cuando elimina al hijo, por lo visto el necesario instigador en su componenda mental casualmente adivinada.
- Atracan una joyería de los padres y no se molestan siquiera en verificar previamente quién estará en ella.
- Dan importancia al hecho de que el atracador fuera armado cuando quien usa una pistola, inicialmente es la madre dado que hay una en un cajón de la tienda que parece resultar más difícil de alcanzar que el botón de alarma. Menos mal que no fue el hijo, porque de ser así, la madre le descerraja un tiro.
- Cuando van a casa de la esposa de Bobby en la que les espera el hermano, tras dispararle a éste, se pone a charlar mirando a otro lado tranquilamente un minuto esperando a que le disparen, pero es que el hermano que está siendo apuntado está orientado a la esposa, lo cual no parece un problema ni por reflejo condicionado.