El primer día que la ví quedé sorprendido. Una serie de médicos que investigaban los casos como auténticos detectives. Pero esa no fué la primera sorpresa. La primera fue descubrir que su personaje central, o sea Greggory House ( Hugh Laurie ) hacía uno de esos papeles difíciles de hacer. Un personaje irónico, pero pasota, arrogante, pero genial en su puesto de trabajo, capaz de llegar al final del problema por su paciente. Lo malo quizás sea el exceso de frases cortantes que usa ante sus compañeros de trabajo y que siempre se salga con la suya. Otro punto negro es que los casos que se usan son a veces de lo más raro, que de una fiebre se pase a una embolia y de ahí a cualquier causa aún más mortífera, pero que al final se acabe solucionando con una simple pastilla para la tos. Pero aún así los guiones no son del todo mal, al contrario están muy bien hechos, y además los personajes están a la altura de una buena serie como es esta.