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España España · Barcelona
Voto de reporter:
7
Drama Daigo Kobayashi, antiguo violoncelista de una orquesta que se acaba de disolver, acaba vagando por las calles sin trabajo y sin demasiada esperanza. Por ello decide regresar a su ciudad natal en compañía de su esposa. Allí consigue un empleo como enterrador: limpia los cuerpos, los coloca en su ataud y los envía al otro mundo de la mejor forma posible. Aunque su esposa y sus vecinos contemplan con desagrado este puesto, Daigo descubrirá ... [+]
16 de mayo de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando todo el mundo creía que ‘Departures’ había sido seleccionada entre las cinco finalistas para llevarse el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, simplemente por cumplir con el cupo de cine asiático; cuando todos nos debatíamos entre ‘La clase’ y ‘Vals con Bashir’, apareció el filme de Yojiro Takita e hizo saltar la banca. Ni los frustrantes problemas del sistema educativo francés, ni las lagunas memorísticas de la nación israelita. La Academia acabó decantándose por esta curiosa mezcla entre la vida y la muerte; entre lo cómico y lo trágico.

Aunque más que mezclar géneros, lo que hace Takita es agitarlos de forma sutil, con lo que drama y comedia se transforman en dos líquidos inmiscibles que configuran dos partes casi independientes. Ambas funcionan realmente bien por separado (sobretodo la primera, que es cuando sale a relucir el delicioso y algo gamberro humor de la cinta), y quizás por ello el paso de una etapa a la otra se antoja como un lapso de aclimatación algo torpe. Por suerte también es breve, con lo que el filme no acusa en demasía esta transición.

Lo que sí cabría lamentar es el lirismo exacerbado en algunos tramos -habitual tic nipón- y la abusiva obviedad en la mayoría de metáforas de la cinta -algo ya menos frecuente en el cine asiático-. Entre el violoncelista tocando en colinas impregnadas por pétalos de cerezo (una escena muy bien rodada, eso sí) y las piedras que, más que representar la infancia perdida, representan lo evidente, se pierde desgraciadamente buena parte de la genialidad mostrada en secuencias tan sugerentes como la del rostro borroso del padre renegado. El olvido, el rechazo, la nostalgia, la repulsión... todo ello contenido en una sola imagen. Lección apabullante de síntesis, y de cine.

La tradición frente a lo moderno; el mundo rural frente al urbano; el sensei frente al alumno; el eterno conflicto generacional; la vida contra la muerte. Un dualismo que marca los compases de este atípico viaje iniciático, que tiene como -maravillosa- excusa el homenaje, o la visión cariñosa de una profesión en vías de extinción. Preparar el cuerpo inerte para su viaje al otro mundo es algo hipnótico (y ahí están los títulos finales de crédito para demostrarlo). El concepto del respeto cobra un nuevo sentido al ver al joven Daigo vestir con sumo cuidado a los difuntos. Una forma de ganarse la vida a priori algo conflictiva, pero indudablemente honrada y hermosa.

“Hermosa” sería precisamente el adjetivo más adecuado a la hora de calificar ‘Departures’. Con unas acertadas interpretaciones (especialmente las de Masahiro Motoki y Tsutomu Yamazaki), con una banda sonora notable y sobretodo con una experta dirección, Yojiro Takita no acaba de rematar lo que hubiera sido una formidable faena, pero justifica sobradamente el haberse llevado la preciada estatuilla dorada al país del sol naciente.
reporter
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