Ahí va una más. La frenética estética visual al estilo MTV se impone en las teen movies, que amenazan con inundar el mercado cinematográfico.
No deja de ser el resultado fallido de una brutal campaña de marketing viral, que tiene seguramente más mérito que la propia película.
En el programa, los mayores tópicos de este nuevo género de cine:
- una secuencia inicial larga e innecesaria de una fiesta
- unos personajes tan superficiales como americanos (no es ningún odio personal hacia los estadounidenses, es que ellos mismos se empeñan en hacernos creer que son así)
- un cameraman que apenas habla ni se queja, y que consigue mantener el pulso casi en todo momento
- un héroe neorromántico guaperas
- monstruitos mal diseñados
- reacciones inverosímiles
En definitiva, el trabajo del guionista se ve disminuido en favor del espectáculo, que toma posesión de la película.
La pelícua no pretende dar explicaciones sobre lo que ocurre, lo cual es en parte comprensible, ya que la cámara sigue a unos personajes que tampoco lo saben. Pero, a medida que avanza la cinta, termina requiriendo alguna que justifique tanta absurdidad.
Por último, me pregunto: ¿por qué este tipo de catástrofes sólo ocurren en Estados Unidos? ¿Acaso Albacete o Getafe están vacunados contra estos males?