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1.8
130
Ciencia ficción. Acción
El ejército construye un gigantesco robot Mecha Shark para detener a Mega Shark de una vez por todas. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2014
14 de septiembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién puede derrotar a un tiburón de dos mil toneladas? Solamente un reducido grupo de especies o individuos entre los que se encuentran los pulpos gigantes, los crocosaurios y los animosos y variopintos protas de las películas de The Asylum, especialistas en lidiar contra todo tipo de monstruos y catástrofes.
Se puede apreciar una mejora en la calidad comparándola con sus predecesoras "Mega Shark vs Giant Octopus" y "Mega Shark vs Crocosaurus". Los efectos especiales están bastante mejorados y ya no aparecen los mismos planos repetidos hasta la saciedad, en sentido inverso u oscurecidos, seña de identidad de la compañía, lo que minimiza el letargo y enriquece la trama, que en este caso va de un bicharraco que aparece en un trozo de hielo transportado por un barco (?), sin duda debido a las grandes necesidades etílicas de los guionistas y al escaso número de cubitos disponible. Bueno, pues para cargarse a este nuevo tiburón del averno construyen una réplica de metal.
Se pueden destacar esos momentos emotivos en los que muere gente y para darle emotividad lo ponen a cámara lenta sonando musicote (!) para sensibilizar al espectador, o ese homenaje a la primera entrega con el tiburón saltando a por un avión...con resultado diferente y despiporrante. También es digno de mencionar al típico almirante pirado de estas entregas (aunque sin llegar al nivel de Lorenzo Lamas en la primera) pegando tiros contra un tiburón igual de grande que un portaaviones y su cara de cocainómano en éxtasis al final en el agua.
Entre los aspectos negativos, la aparición del típico mocoso/a con comportamiento indescifrable; es decir, gilipollas perdido. ¡Diga NO a los niños en películas! Eso y la repetitiva aparición de Deborah Gibson con traje de fiesta en un laboratorio, por habitual en The Asylum.
¡Qué demonios, después de dos chupitos de orujo, uno doble de DYC y medio de Veterano parecerá el películón de la década!
Se puede apreciar una mejora en la calidad comparándola con sus predecesoras "Mega Shark vs Giant Octopus" y "Mega Shark vs Crocosaurus". Los efectos especiales están bastante mejorados y ya no aparecen los mismos planos repetidos hasta la saciedad, en sentido inverso u oscurecidos, seña de identidad de la compañía, lo que minimiza el letargo y enriquece la trama, que en este caso va de un bicharraco que aparece en un trozo de hielo transportado por un barco (?), sin duda debido a las grandes necesidades etílicas de los guionistas y al escaso número de cubitos disponible. Bueno, pues para cargarse a este nuevo tiburón del averno construyen una réplica de metal.
Se pueden destacar esos momentos emotivos en los que muere gente y para darle emotividad lo ponen a cámara lenta sonando musicote (!) para sensibilizar al espectador, o ese homenaje a la primera entrega con el tiburón saltando a por un avión...con resultado diferente y despiporrante. También es digno de mencionar al típico almirante pirado de estas entregas (aunque sin llegar al nivel de Lorenzo Lamas en la primera) pegando tiros contra un tiburón igual de grande que un portaaviones y su cara de cocainómano en éxtasis al final en el agua.
Entre los aspectos negativos, la aparición del típico mocoso/a con comportamiento indescifrable; es decir, gilipollas perdido. ¡Diga NO a los niños en películas! Eso y la repetitiva aparición de Deborah Gibson con traje de fiesta en un laboratorio, por habitual en The Asylum.
¡Qué demonios, después de dos chupitos de orujo, uno doble de DYC y medio de Veterano parecerá el películón de la década!