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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
9
Ciencia ficción Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Incluso un ladrillo quiere ser algo"...

Cuando a Denis Villeneuve se le planteo éste producto de encargo, imagino en sus entrañas un atisbo de mesmerismo, entre el dolor (fracasar en la irremediable comparativa con la original) y el placer (conseguir una obra justa) Villeneuve se vió en la diatríba de Louis Isadore Kahn: hacer de un ladrillo una obra maestra.

El tiempo dicen que es el mejor autor: al final encuentra el final perfecto para todo. Blade Runner de Ridley Scott fue un fracaso en su momento y pasaron muchos lustros hasta que poco a poco acabó calando hondo en el imaginario del público: hasta sus productores se preguntan qué hizo aquella película tan grande.

Fue la suma de sus partes: un apartado artístico excepcional, el mejor score jamás compuesto por un artista para una película y la conjunción de temas y temáticas atractivas y rabiosamente actuales.

Denis Villeneuve toma todo eso: la música, la direción artística y la subtrama para plantear su Blade Runner 2049 y logra sobrevivir: la película es un espectáculo visual a todos los niveles, llevando al límite el propio ojo humano con escenas de una belleza sobrecogedora, llegando en ocasiones a "eclipsar" a la propia obra de Scott, (que por clásico, no deja de tener casi 40 años)

Hans Zimmer no supera a Vangelis, de hecho... Aquí se sobreviene una decostrucción de los leitmotiv más característicos de la obra de Vangelis. El continuo uso de sintetizadores Access visten escenas de un barroquismo y una grandiosidad azul neon infinito... Pareciera incluso que estamos en plena vorágine egotrípica made in Tomorrow Land: la música, a diferencia de Vangelis, funciona exclusivamente dentro de la pantalla, fuera de ella, sólo nos econtramos a un tipo coqueteando con los sintetizadores y desdibujando capa a capa lo que Vangelis logró engarzar y que hoy por hoy, sigue siendo una obra descomunal tanto de ingeniería musical como de creatividad sónica.

La película funciona muy bien: Ryan Gosling trabaja bien, Ana de Armas es una revelación y el resto del elenco no desentonan en absoluto. Sus casi 3 horas de metraje son como un chute, un viaje hacia a lo mejor de Edward Hopper versión 2.0

Lo único desdeñable es su final, donde pierde fuelle tras tanta orgía ciberpunk post industrial: pero se le perdona por regalarnos 3 horas de orgasmos visuales y sónicos: Goosebumps Music Syndrome
Buscapé
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