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España España · Valencia
Voto de Gunblast:
9
Thriller. Drama El joven Malik El Djebena (Tahar Rahim), un francés de origen árabe, ingresa en prisión para cumplir una pena de seis años. Aunque al principio la vida en la cárcel le resulta muy dura porque está completamente solo, se adapta rápidamente y, gracias a su carisma, se gana poco a poco la simpatía de los miembros de la mafia corsa, que tienen sobornados a los guardias y controlan todo lo que pasa en prisión.
3 de marzo de 2010
34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y tanto, para mi una de las frases que mejor explica esta película, de cómo alguien entra en presidio, joven, impulsivo, pero con ganas, muchas ganas de aprender y saber, como el mejor, a desenvolverse y triunfar en uno de los ambientes mas duros de todos.

Así empieza esta película, con el joven El-Djebena ingresando en prisión, joven, pardillo, con algo de bagaje de los reformatorios, pero novato y vulnerable. Pronto se da cuenta de la dureza de la situación en la que se encuentra, los primeros palos en la boca, el primer robo y la sensación de estar solo en un mundo de depredadores. Sin familia, ni amigos (ni dentro, ni fuera), sin dinero…

De pronto se ve obligado a realizar un acto que jamás se hubiera planteado a pesar de ser un delincuente habitual, sabe que está contra la espada y la pared. Pero lo que no el sabe es que es una oportunidad que se le presenta, todavía no, pero lo sabrá y la aprovechará.

Es el comienzo de una ascensión a la cumbre que comienza desde el mismo infierno, de títere a titiritero con una inteligencia y sangre fría propia del mejor jefe del hampa. Una historia cruda, llena de violencia, abiertamente, violencia, sin esconderse, al cuello y radical. No hace falta ocultarse en metáforas para contar una historia, el director lo refleja con precisión y crudeza, hace que te estremezcas en cada escena, consigue que te mantengas en vilo, atento y te mantiene en un baile de golpes (físicos y morales) casi hipnótico, en un mundo en el que si te quedas en sardina los tiburones acaban por comerte. Todo desde el punto de vista de personaje muy vivo, que aprende, se adapta y con el tiempo sabe como ser paciente y triunfar en su particular partida de ajedrez, en la cual, su mejor consejero es su propia victima.

Todos ellos, los personajes, están muy cuidados, todos sirven para el propósito, donde no importa ni raza, ni procedencia (aunque en un principio se le da), para conseguir el triunfo final, a costa de quien sea, incluso de la mano que te da comer, la que te somete, tu propia gente... Como en muchos dramas carcelarios, se le da importancia a las diferentes etnias y clanes que en prisión conviven, esta no es menos, pero el enfoque es diferente, ya que el personaje nada entre dos aguas, muy peligrosas, pero sabe, además de nadar guardar la ropa; como le dicen, “saltas sin red y te puedes dejar los cojones en el camino”, pero, sin nada que perder y mucho que ganar. A veces, los cojones son tan grandes que hace falta mucho cabrón para que se queden por el camino.

Una película altamente recomendable, que a mi, particularmente, me encantó, hacia tiempo que andaba buscando un perlita de este calibre. Pienso que es una de las mejores alternativas al cine blando, casposo y sin contenido que estamos viviendo en estos días.
Gunblast
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