Actualmente hay muchos adolescentes ó personas jóvenes que por una película mediocrilla a pasado a la fama, Disney Channel es el mejor ejemplo de esto con Hannah Montana, Jonas brothers ó Selena Gómez. Sin embargo, y a pesar del odio popular de estas ¿celebridades? y de la admiración fanática de sus fans y su fama, no se lo tienen tan creído. El de crepúsculo, por ejemplo, a pesar de las fans descerebradas, nunca he llegado odiarle. Con Justin Bieber es distinto, el fanatismo de las adolescentes hormonadas que tanto molestan se ven eclipsadas por el narcisismo de Justin quien se cree el nuevo Kurkt Cobain y espera ganar el óscar por este pseudodocumental.

Dejando a un lado eso, su documental no hay por donde cojerlo, en primer lugar, no me creo que hayan hecho un documental a alguien de 17 años que acaba de empezar en la música y que puede que el año que viene se olviden de él. Si lo hubiese hecho a media edad por lo menos y con una carrera ya hecha vale pero no de alguien cuya biografía no llegaría a las 50 páginas.

A eso hay que sumarle la poca imparcialidad del documental, se supone que deben de ser objetivos y mostrar el lado bueno y malo, no hay ningún insulto o desprecio a Justin Bieber, todo es admiración a ese ser perfecto que tuvo una mala infancia (que se vaya a Camboya a hablar con niños de 10 años que trabajan 12 horas en un taller ó a África con refugiados que han perdido a su familia para que sepan lo que es sufrir) y es la nueva promesa de la música, cuyo talento supera a Mozart o Elvis.