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Voto de htouzon:
10
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10
8.4
35,369
Cine negro. Intriga. Thriller
Un agente de seguros (Fred MacMurray) y la mujer de uno de sus clientes (Bárbara Stanwyck) traman asesinarlo para cobrar un cuantioso seguro de accidentes suscrito a sus espaldas. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2018
10 de julio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está narrada en un largo flashback en el cuál importa el “cómo” y no tanto el “qué”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Walter Neff se confiesa en el dictáfono, confesión dirigida a su compañero de trabajo, dando el puntapié a la historia. En esa confesión hay una contradicción: por una parte, queda claro que el plan de Neff no salió como esperaba, pero por otra parte, hay algo de orgullo en su tono de voz, es él mismo quién se está incriminando, ya que su complicidad con la trama que se narra en la película, nunca fue descubierta por su compañero. Es él entonces quién decide terminar la historia.
Hay una femme fatale que en un comienzo parece ser la salvación para Neff, aunque luego se convierte en su principal enemiga. En el mundo del film noir, que Double Indemnity recrea a la perfección, no existe el blanco y negro, sino los grises. No hay persona en quien confiar, todo está colmado de sospecha. El espectador, el espía, el cómplice, asiste a un espectáculo macabro, incapaz de ejercer cuestionamientos morales. Para los protagonistas, casi no hay tiempo para disfrutar del amor. Cuando el asesinato se lleva a cabo y tienen que huir de la escena del crímen, el auto no arranca, se toma su tiempo. Preludio de lo que será lo que veremos a continuación, la segunda parte de la película nos muestra a Neff y la femme fatale hundidos cada vez más en la incertidumbre y la desesperación, es sólo cuestión de tiempo para que los descubran. El logro de la película es doble, el guión es perfecto porque nos pone en la piel de Neff (sabemos que cometió un error pero no queremos que sufra las consecuencias), mientras que la puesta en escena es, desde el primer fotograma, una representación visual de las contradicciones morales de la sociedad en general. Una película que mantiene su frescura y originalidad sesenta años después de su estreno.
Hay una femme fatale que en un comienzo parece ser la salvación para Neff, aunque luego se convierte en su principal enemiga. En el mundo del film noir, que Double Indemnity recrea a la perfección, no existe el blanco y negro, sino los grises. No hay persona en quien confiar, todo está colmado de sospecha. El espectador, el espía, el cómplice, asiste a un espectáculo macabro, incapaz de ejercer cuestionamientos morales. Para los protagonistas, casi no hay tiempo para disfrutar del amor. Cuando el asesinato se lleva a cabo y tienen que huir de la escena del crímen, el auto no arranca, se toma su tiempo. Preludio de lo que será lo que veremos a continuación, la segunda parte de la película nos muestra a Neff y la femme fatale hundidos cada vez más en la incertidumbre y la desesperación, es sólo cuestión de tiempo para que los descubran. El logro de la película es doble, el guión es perfecto porque nos pone en la piel de Neff (sabemos que cometió un error pero no queremos que sufra las consecuencias), mientras que la puesta en escena es, desde el primer fotograma, una representación visual de las contradicciones morales de la sociedad en general. Una película que mantiene su frescura y originalidad sesenta años después de su estreno.