Se recupera un poco la calidad de este film con esta tercera entrega, pero aun así no llega a ser tan espectacular como la primera. Desde mi punto de vista puede llegar a ser algo previsible para los más avispados. Se centra más en hacerte sentir repugnancia con sus escenas gore que en removerte del sillón con el intringulis del qué pasará. Para ello se apoya en pequeños flashback que en cierto modo esclarecen hechos ocurridos en las partes uno y dos.