Me sorprendió esta película de David Lean, porque no trata sobre la evasión, trata sobre la tortura, sobre los derechos de los seres humanos envueltos en la mayor guerra de la historia de la humanidad.
Yo sabía que los nipones no aceptarían de buen grado prisioneros de guerra ya que los despreciaron siempre, son faltos de honor al dejarse atrapar, perder y no quitarse la vida es un deshonor, y durante toda la Segunda Guerra Mundial se habló de la dureza de los japoneses con los prisioneros de guerra.
Me gustó mucho la película, pero el final no me gustó nada, desinflo todo el globo, prefiero tanto el de la historia real, como el de la novela de Pierre Boulle (spoiler).
Yo opino lo mismo que el médico, tanto el coronel Nicholson, como el comandante Saito estaban locos.