Esta película por desgracia, reúne lo peor de las telenovelas sudamericanas, de la música, del mito de la liberación e independencia feminista y es el sumun del dramatismo, de lo surrealista y hortera, del hippismo de mercadillo.
No digo que esté mal dirigida, porque Larraín es bueno y en El Club bien que supo demostrarlo, pero todos tenemos baches en el camino, esta película refleja la absoluta decadencia en las relaciones entre hombres y mujeres y la condición humana. Aún así mal reflejado porque ningún actor resulta creíble en ninguno de sus papeles, están forzados y no nos creemos todo el sufrimiento que les causa la pérdida de ese pobre niño indefenso, ni nos creemos esas lágrimas de cocodrilo que tanto derraman.
Gael está peor que nunca y vale oro este actor, ella es incomodísima de ver, entre su prepotencia y sus caprichos de niña rebelde, no hablemos de su pelo....¡causa un rechazo absoluto!
En resumen, la temática me gustaba, porque es interesante qué causas puede crear en unos padres las consecuencias de la adopción, la evolución y el niño y su adaptación, pero en esta película lo han dirigido fatal, se ha convertido en un culebrón chileno en vez de acarrear la seriedad y la importancia que tienen este tipo de dramas. Toda una vorágine de sin sentidos...absurdos y provocadores, con una música de fondo horrible y con personajes patéticos hasta la saciedad, absurdos.