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Western
Lew Wilkinson es un ganadero que poco a poco ha conseguido apoderarse de todo el valle, contando con el apoyo de su mujer Marta y de su hermano Cole. El único que se opone a sus ambiciones es el joven ganadero John Parrish. Pero Judith, la hija de Wilkinson, se enamora de Parrish y busca su ayuda cuando decide escaparse de casa. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2023
2 de enero de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un antiguo capitán del Ejército, John Parrish (Ford), marcha al Oeste para sanar lo que parece una tuberculosis. En la auscultación con la trompetilla fonendoscopio el médico le da ya el alta definitiva, "El clima ya ha curado el agujero de sus pulmones" y sus heridas de la guerra, pues "No hay nada tan mortal como un cirujano yanqui".
Es el momento de retornar al Este junto a su prometida, Caroline (Wynn), pero antes debe vender su rancho. No es gran cosa, nunca ha sido un buen ganadero, pero sabe lo que vale.
Por eso rechaza la ridícula oferta de Lew Wilkinson (Robinson), un tullido que anda con muletas, "mediohombre", propietario del Ancore y de casi todos los ranchos del valle que ha logrado a base de las extorsiones y violencias de su hermano Cole (Keit) y de los pistoleros que le acompañan. Un "cometierras".
Otra buena razón para dilatar el regreso ante las protestas de la remilgada Caroline, "¿Qué quieres un hombre o un billete de tren?"
Una vez más la historia del ganadero ambicioso y sin escrúpulos, si, pero desarrollada a través de un sólido guion donde el elenco femenino se alza pronto con una buena cuota de protagonismo. Y ello a pesar de los apellidos de sus antagonistas.
Aquí juega un papel muy destacado la dirección que presenta unos personajes de fuerte personalidad, bien dibujados, creíbles, sólidos.
John, que conoce bien los perjuicios de la guerra, rehúye al principio la confrontación, "El genio solo se lo pueden permitir los fuertes y los ricos". Lew es el pionero que con su esfuerzo ha construido un emporio, pero necesita ayuda para dirigirlo. Y ahí está su hermano con sus métodos ... y con su envidia.
Enfrente cuatro poderosas personalidades femeninas, sobre todo la de Martha (Stanwyck), esposa de Lew que representa la ambición y el deseo de poder sin reparar en los medios. Magnífica. Más discreta es su hija Judith (Foster), orgullosa de su posición irá poco a poco moderando su soberbia. Más en penumbra queda Elena (Milán), una mexicana de largas trenzas que en su momento sacará también sus "Armas de mujer". Como un florero, esta vez sí, queda la citada Caroline.
Excelente y complejo entramado amoroso perfectamente encajado en el argumento. Realización, además, que imprime en todo momento un ritmo vivo y ágil, con excelentes escenas como la estampida nocturna, el incendio de los ranchos, la emboscada en el desfiladero, la aparición espectral de Lew en lo alto del pasillo de la casa con sus muletas y su rostro hierático, o el dominio de la situación de Martha acariciando el cuello de su marido frente a la silenciosa acusación de su hija.
Magníficas interpretaciones y magnífica banda sonora.
Resumiendo, un gran western con los principales ingredientes del género. No se lo pierdan.
Es el momento de retornar al Este junto a su prometida, Caroline (Wynn), pero antes debe vender su rancho. No es gran cosa, nunca ha sido un buen ganadero, pero sabe lo que vale.
Por eso rechaza la ridícula oferta de Lew Wilkinson (Robinson), un tullido que anda con muletas, "mediohombre", propietario del Ancore y de casi todos los ranchos del valle que ha logrado a base de las extorsiones y violencias de su hermano Cole (Keit) y de los pistoleros que le acompañan. Un "cometierras".
Otra buena razón para dilatar el regreso ante las protestas de la remilgada Caroline, "¿Qué quieres un hombre o un billete de tren?"
Una vez más la historia del ganadero ambicioso y sin escrúpulos, si, pero desarrollada a través de un sólido guion donde el elenco femenino se alza pronto con una buena cuota de protagonismo. Y ello a pesar de los apellidos de sus antagonistas.
Aquí juega un papel muy destacado la dirección que presenta unos personajes de fuerte personalidad, bien dibujados, creíbles, sólidos.
John, que conoce bien los perjuicios de la guerra, rehúye al principio la confrontación, "El genio solo se lo pueden permitir los fuertes y los ricos". Lew es el pionero que con su esfuerzo ha construido un emporio, pero necesita ayuda para dirigirlo. Y ahí está su hermano con sus métodos ... y con su envidia.
Enfrente cuatro poderosas personalidades femeninas, sobre todo la de Martha (Stanwyck), esposa de Lew que representa la ambición y el deseo de poder sin reparar en los medios. Magnífica. Más discreta es su hija Judith (Foster), orgullosa de su posición irá poco a poco moderando su soberbia. Más en penumbra queda Elena (Milán), una mexicana de largas trenzas que en su momento sacará también sus "Armas de mujer". Como un florero, esta vez sí, queda la citada Caroline.
Excelente y complejo entramado amoroso perfectamente encajado en el argumento. Realización, además, que imprime en todo momento un ritmo vivo y ágil, con excelentes escenas como la estampida nocturna, el incendio de los ranchos, la emboscada en el desfiladero, la aparición espectral de Lew en lo alto del pasillo de la casa con sus muletas y su rostro hierático, o el dominio de la situación de Martha acariciando el cuello de su marido frente a la silenciosa acusación de su hija.
Magníficas interpretaciones y magnífica banda sonora.
Resumiendo, un gran western con los principales ingredientes del género. No se lo pierdan.