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Voto de Charles Winnifred:
5
Comedia Gould y Blake, dos policías de Los Ángeles, hacen caso omiso a sus superiores y le siguen la pista a Rizzo, un peligroso capo de la mafia. Hartos de que les encarguen siempre asuntos irrelevantes, se dan cuenta de que este caso puede ser la oportunidad para encontrarle un sentido a su trabajo. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo esta película a uno se le quitan las ganas de ser policía, al menos en la ciudad de Los Ángeles. Los dos protagonistas de la película (Elliot Gould y Robert Blake, más el primero que el segundo, simple compañero de fatigas) son dos detectives tratados como pobres diablos: hay un momento de la película en que uno de los villanos le espeta a Gould que se cree un héroe cuando en realidad es solo un pelele que terminará haciendo lo que le diga su jefe. Y, sin embargo, el policía se rebela una y otra vez contra ese sentimiento de frustración (sus superiores le encargan trabajos que él considera humillantes, como hacer redadas en bares de gays o vigilar los retretes de los parques públicos) y desobece continuamente las órdenes en su afán por atrapar a un pez gordo de la ciudad, pero su intento se insinúa baldío: ya sabíamos desde "Serpico" (Gould a veces parece un remedo cómico de Pacino) que la corrupción es un tiburón demasiado grande como para cazarlo. El comentario final de la película no ofrece dudas. Menos mal que Starsky y Hutch estaban a la vuelta de la esquina para recuperar la moral perdida
Y un apunte más: el cine policiaco que se hizo en Estados Unidos en los años setenta tiene un valor documental extraordinario: en sus calles ruidosas, en los bares de medianoche y en las comisarías mugrientas late el desencanto de una tiempo en el que, ciertamente, los héroes dejaron de ser héroes.
Charles Winnifred
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