Un film espectacular, sí, digitalmente perfecto, con unos efectos especiales apabullantes y un sonido surround magnífico. Muy bien, ¿algo más? No, ¿verdad? Pues eso.
Una película no se puede basar única y exclusivamente en el "cómo", hay que preocuparse un poco por el "qué" y por el "quién". Si no, pasa lo que en PACIFIC RIM (como en tantas otras, ahora se me viene a la cabeza THOR, AVATAR o TRANSFORMERS), una película con personajes arquetípicos hasta decir basta, cuya psicología importa un pimiento (mención especial para esos científicos chillones absolutamente insoportables); con un guión con demasiadas lagunas* y un desarrollo predecible plagado de tópicos por cada minuto de metraje, en una especie de mezcla entre GODZILLA y MAZINGER Z para nada plausible.
No hay que olvidar cierto sello "Del Toro": escenas protagonizadas por niños, finales hiperfelices (no importan los que han muerto ni la destrucción que ha habido, claro que no), apariciones esperpénticas de sus "amiguetes" (Ron Perlman y Santiago Segura -sí, sí, han leído bien-), etc.
Un desperdicio de una idea de base "lovecraftiana" que podría haber dado algo más.