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Voto de AdrianDeBryansk:
3

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3
4.0
677
Terror. Ciencia ficción
Los pasajeros de un avión que acompañan en el vuelo a un científico nuclear son sometidos a una radiación que les convertirá en los más sanguinarios zombies. El problema para la humanidad vendrá cuando aterrizen y siembren el caos. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2010
14 de diciembre de 2010
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésimo intento por parte del director Umberto Lenzi (más de 200 películas tras la cámara) de sacar un filme de terror de bajo presupuesto, esta vez de temática.
La película narra la infestación de muertos vivientes en alguna ciudad indeterminada del mundo occidental (lease Madrid o NeoMadrid o New Madroño) a causa de un accidente nuclear. Pero los Zombies llegan en avión y desde el aeropuerto siembran el caos y el contagio por toda la ciudad sin que ninguna autoridad civil o militar pueda deterlos.
El protagonista es en este caso Hugo Stiglitz (otras 200 películas, muchas incalificables), que interpreta al periodista Dean Miller. Será quien tras contrastar el alcance del drama, huye despavorido con su esposa en una demencial escapada del caos. En su camino se cruzará Paco Rabal (Mayor Warren), que no podrá salvar la película de sí misma.
Destaca la aparición de Mel Ferrer como general Murchison, en un papel digno a nivel de los militares de la serie El Equipo A.
Dura de ver, caótica, demencial y cortita de todo... La gente muere de manera ridícula y ni los nombres más profesionales del filme apuntan a salvar lo que se nos presenta como el cine hecho con la pasión de una cadena de montaje.
Creo que solo interesará a los guerrilleros del género.
La película narra la infestación de muertos vivientes en alguna ciudad indeterminada del mundo occidental (lease Madrid o NeoMadrid o New Madroño) a causa de un accidente nuclear. Pero los Zombies llegan en avión y desde el aeropuerto siembran el caos y el contagio por toda la ciudad sin que ninguna autoridad civil o militar pueda deterlos.
El protagonista es en este caso Hugo Stiglitz (otras 200 películas, muchas incalificables), que interpreta al periodista Dean Miller. Será quien tras contrastar el alcance del drama, huye despavorido con su esposa en una demencial escapada del caos. En su camino se cruzará Paco Rabal (Mayor Warren), que no podrá salvar la película de sí misma.
Destaca la aparición de Mel Ferrer como general Murchison, en un papel digno a nivel de los militares de la serie El Equipo A.
Dura de ver, caótica, demencial y cortita de todo... La gente muere de manera ridícula y ni los nombres más profesionales del filme apuntan a salvar lo que se nos presenta como el cine hecho con la pasión de una cadena de montaje.
Creo que solo interesará a los guerrilleros del género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Volvemos a la sempiterna discusión sobre los límites de un subproducto. ¿Vale cualquier cosa?... La película llama la atención por pocos detalles y normalmente para mal. La trama es caótica, el batiburrillo de gente corriendo de un lado a otro es un sinsentido y la falta de medios deja la sensación final en broma pesada.
Capítulo aparte merecen los zombies, que se comportan como psicópatas salidos de una unidad de quemados; Aquí saltan, corren, amagan a conocer artes marciales, se comportan como una guerrilla urbana que maneja tanto armas de fuego como barras de hierro e incluso realizan sabotajes sobre las lineas eléctricas o los cables del teléfono. Se me hace especialmente irreal, el extraño repaso de exteriores que tiene la película, que al estar grabada entre Madrid y alguna que otra ciudad italiana reúne una atmósfera más propia de un documental de Victoria Prego sobre la transición (ver la toma aérea temblequeante en helicóptero que inicia el filme), pero que en cualquier caso no menciona ni ciudad ni lugar concreto; los coches llevan la leyenda POLICE pintada en la puerta, los letreros de NO SMOKING o EXIT están pegados sobre exteriores reales y sin embargo no se puede escapar a percibir lugares como la estación de Chamartín, el parque de atracciones o la torre Winsor en el complejo AZCA, que siendo conocidas, se utilizan como escenario de alguna ciudad occidental sin nombre, en un país sin nombre. Los militares parecen americanos, los policías italianos y el aeropuerto con nombre anglosajón y pinta de Torrejón de Ardoz o Barajas. Para mi gusto este es uno de los artificios más irreales de toda la película, solo comparable a la calidad de sus extras.
Todo se completa con un bucle final, en que el protagonista despierta en su casa, convencido de haber sufrido una pesadilla y al dirigirse al aeropuerto, contemplará que su sueño ha sido un preciso vaticinio del futuro.
Y la cuestión del millón de euros.. ¿Debo ver esta película?, ¿Se podrá salvar por algún sitio?.
Mi humilde consejo es que este filme solo debe ser visto por dos clases de espectador: El ultra del trash-cinema y la serie B que se ha curtido a conciencia en toda esta contracultura y el coleccionista de anécdotas que desea reír un rato buscando fallos o viendo deficiencias interpretativas.
Y es que en el campo del anecdotario, la película da para mucho, desde el médico de 50 años que lanza bisturies como si estuviera en un circo, a los soldados en furgonetas EBRO con la leyenda POLICE, el mismo gato en 2 partes distintas de la película, los zombies avanzando por un descampado y se percibe claramente un perro !!??!! que se ha colado en el plano persiguiendo a un mutante, los exteriores de Madrid convertidos en alguna gran urbe occidental con nombres anglosajones o la televisión que explota como 5 kilos de goma 2 sobre un zombie.
En cualquier caso, si completa este viaje a ninguna parte será a su propia responsabilidad.
Capítulo aparte merecen los zombies, que se comportan como psicópatas salidos de una unidad de quemados; Aquí saltan, corren, amagan a conocer artes marciales, se comportan como una guerrilla urbana que maneja tanto armas de fuego como barras de hierro e incluso realizan sabotajes sobre las lineas eléctricas o los cables del teléfono. Se me hace especialmente irreal, el extraño repaso de exteriores que tiene la película, que al estar grabada entre Madrid y alguna que otra ciudad italiana reúne una atmósfera más propia de un documental de Victoria Prego sobre la transición (ver la toma aérea temblequeante en helicóptero que inicia el filme), pero que en cualquier caso no menciona ni ciudad ni lugar concreto; los coches llevan la leyenda POLICE pintada en la puerta, los letreros de NO SMOKING o EXIT están pegados sobre exteriores reales y sin embargo no se puede escapar a percibir lugares como la estación de Chamartín, el parque de atracciones o la torre Winsor en el complejo AZCA, que siendo conocidas, se utilizan como escenario de alguna ciudad occidental sin nombre, en un país sin nombre. Los militares parecen americanos, los policías italianos y el aeropuerto con nombre anglosajón y pinta de Torrejón de Ardoz o Barajas. Para mi gusto este es uno de los artificios más irreales de toda la película, solo comparable a la calidad de sus extras.
Todo se completa con un bucle final, en que el protagonista despierta en su casa, convencido de haber sufrido una pesadilla y al dirigirse al aeropuerto, contemplará que su sueño ha sido un preciso vaticinio del futuro.
Y la cuestión del millón de euros.. ¿Debo ver esta película?, ¿Se podrá salvar por algún sitio?.
Mi humilde consejo es que este filme solo debe ser visto por dos clases de espectador: El ultra del trash-cinema y la serie B que se ha curtido a conciencia en toda esta contracultura y el coleccionista de anécdotas que desea reír un rato buscando fallos o viendo deficiencias interpretativas.
Y es que en el campo del anecdotario, la película da para mucho, desde el médico de 50 años que lanza bisturies como si estuviera en un circo, a los soldados en furgonetas EBRO con la leyenda POLICE, el mismo gato en 2 partes distintas de la película, los zombies avanzando por un descampado y se percibe claramente un perro !!??!! que se ha colado en el plano persiguiendo a un mutante, los exteriores de Madrid convertidos en alguna gran urbe occidental con nombres anglosajones o la televisión que explota como 5 kilos de goma 2 sobre un zombie.
En cualquier caso, si completa este viaje a ninguna parte será a su propia responsabilidad.