Casi todos habremos visto alguna vez de niños las reposiciones de aquellos dibujos animados de El llanero solitario. Esa banda sonora que llenaba al oírla, ese grito de "Hi, yo, Silver, away!", y aquél héroe de a pie, sin superpoderes, solo un hombre sencillo que se escondía tras un antifaz y que con la ayuda de su amigo Tonto impartía justicia. Nada más lejos del auténtico Lone Ranger que esta película.
Desde el comienzo resulta casi ridícula. Y sobre todo ridiculiza al personaje de El llanero. Vemos a un llanero más inútil que un paraguas sin varetas, insulso, débil, flojo, sin carisma. Se nota demasiado que a Armie Hammer le pesa demasiado la superproducción en la espalda, y no sabe cómo ni por dónde tirar. Tenemos también a Tonto, que sí, es tonto. El personaje es cansino y cargante. Deep ha hecho otra vez más una versión de su Sparrow, solo que con menos aspavientos, y ya cansa demasiado.
En resumen, ni uno ni otro lleva el peso de la película, dando como resultado un film vacío y carente de interés.
El guión es malo, soso y aburrido. La película está llena de chistes sin gracia hasta el punto de hartar. Las escenas de acción no tienen mucho sentido, marean, son ruidosas y no están bien rodadas. Y para colmo dura nada menos de 150 minutazos.
En conjunto, una sale del cine preguntándose si Verbinski realmente quería hacer una comedia ridícula del personaje o simplemente se le ha ido la mano.