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7.6
64,650
10
6 de octubre de 2013
6 de octubre de 2013
135 de 152 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué harías para salvar a tu hija? Este es el mayor interrogante que nos plantea la película. A lo largo del metraje nos somete a dilemas morales, nos hace preguntarnos sobre nuestros propios principios, ¿haríamos lo mismo que Keller Dover (Jackman), o nos mantendríamos pasivos? ¿Tendríamos la sangre fría suficiente para ello, aunque nuestras acciones pudieran suponer salvar a dos niñas? ¿Podríamos convertirnos en aquello que nunca pensamos ser?
Todo comienza en una calle normal, de un barrio cualquiera, un día de acción de gracias como cualquier otro, cuando dos niñas, hijas de familias sencillas, de repente desaparecen sin dejar rastro. Las sospechas recaen en el conductor de una caravana que estuvo aparcada en el barrio en el momento del secuestro. Cuando la policía deja libre al joven por falta de pruebas, Dover toma una decisión, aún en contra de sus principios religiosos y morales, y considera que es la única manera de averiguar dónde están las niñas. Por su parte, el detective Loki (Gyllenhaal) intenta desesperadamente resolver el caso y encontrar a las niñas, aunque Dover le eche en cara una y otra vez que sus esfuerzos no obtienen resultados.
La película nos plantea esas dos formas de ver el secuestro. Una desde el punto de vista de un padre completamente desesperado, dispuesto a hacer lo que sea, aunque vaya en contra de todo lo que cree y de todo lo que es, para encontrar a su hija. Y otra desde el punto de vista del detective que se esfuerza por encontrar a las niñas y al secuestrador, y que a su modo también se desespera.
Villeneuve ha creado una atmósfera agobiante, con exteriores llenos de lluvia intensa, de nubes de tonos grises. Ha jugado con luces y sombras para aportar intensidad a la imagen. Y ha conseguido un película envolvente desde el primer minuto, absorbente, que nos atrapa y casi no nos deja respirar durante las casi dos horas y media de metraje.
El guión es brillante, solido, inteligente, con giros inesperados. Cuando creemos saberlo todo o casi todo, la película nos sorprende una y otra vez.
A lo largo del film se nos van aportando pequeñas pistas sobre el final, pero no es hasta ese final inesperado que hilamos todas y cada una de las hebras que se nos han ido dejando a la vista.
Hay escenas realmente impresionantes, no solo por su contenido, sino también por la intensa fuerza interpretativa de los actores.
El elenco es simplemente genial. Por supuesto, hemos de destacar el duelo interpretativo entre Jackman y Gyllenhaal, pues ambos lo bordan. No sería nada sorprendente que en la temporada de premios ambos se lleven unos cuantos bien merecidos.
Jackman brilla con su actuación, ha construido un personaje creíble, bien matizado, se ha metido en su piel y ha proyectado sus emociones en la pantalla. Dover es un hombre que pasa de tener una vida normal, a estar amargado, herido, deprimido, hundido, desesperado, medio ido y que casi ha perdido el norte. Y todas estas emociones las vemos incluso cuando no hay palabras, nos deja boquiabiertos con esa fuerza interpretativa.
Gyllenhaal por su parte, nos regala una interpretación del detective Loki fantástica. Taciturno, agobiado y desesperado por resolver el caso. Al mismo tiempo, inteligente y con arrojo.
Respecto al resto del reparto, Paul Dano es digno de mención especial. Terrence Howard, Melissa Leo, Maria Bello, Viola Davis, todos completan perfectamente al dúo protagonista.
Es inevitable establecer algún pequeño paralelismo con grandes thrillers como Seven, Zodiac o la fantástica Mystic River. Pero Prisioneros brilla con luz propia y se ha ganado un lugar entre los mejores thrillers por méritos propios.
Una película que nadie debería perderse, y de ser posible disfrutar en V.O., para poner notar todos esos matices en las voces originales de los actores. Su larga duración se hace corta mientras se ve, pues la película nos mantiene tan expectantes, que el tiempo se vuelve relativo.
Si no habéis visto la película, no leáis el spoiler. Pues Prisioneros es una de esas películas que se ven con la respiración contenida precisamente por no saber qué será lo siguiente.
Todo comienza en una calle normal, de un barrio cualquiera, un día de acción de gracias como cualquier otro, cuando dos niñas, hijas de familias sencillas, de repente desaparecen sin dejar rastro. Las sospechas recaen en el conductor de una caravana que estuvo aparcada en el barrio en el momento del secuestro. Cuando la policía deja libre al joven por falta de pruebas, Dover toma una decisión, aún en contra de sus principios religiosos y morales, y considera que es la única manera de averiguar dónde están las niñas. Por su parte, el detective Loki (Gyllenhaal) intenta desesperadamente resolver el caso y encontrar a las niñas, aunque Dover le eche en cara una y otra vez que sus esfuerzos no obtienen resultados.
La película nos plantea esas dos formas de ver el secuestro. Una desde el punto de vista de un padre completamente desesperado, dispuesto a hacer lo que sea, aunque vaya en contra de todo lo que cree y de todo lo que es, para encontrar a su hija. Y otra desde el punto de vista del detective que se esfuerza por encontrar a las niñas y al secuestrador, y que a su modo también se desespera.
Villeneuve ha creado una atmósfera agobiante, con exteriores llenos de lluvia intensa, de nubes de tonos grises. Ha jugado con luces y sombras para aportar intensidad a la imagen. Y ha conseguido un película envolvente desde el primer minuto, absorbente, que nos atrapa y casi no nos deja respirar durante las casi dos horas y media de metraje.
El guión es brillante, solido, inteligente, con giros inesperados. Cuando creemos saberlo todo o casi todo, la película nos sorprende una y otra vez.
A lo largo del film se nos van aportando pequeñas pistas sobre el final, pero no es hasta ese final inesperado que hilamos todas y cada una de las hebras que se nos han ido dejando a la vista.
Hay escenas realmente impresionantes, no solo por su contenido, sino también por la intensa fuerza interpretativa de los actores.
El elenco es simplemente genial. Por supuesto, hemos de destacar el duelo interpretativo entre Jackman y Gyllenhaal, pues ambos lo bordan. No sería nada sorprendente que en la temporada de premios ambos se lleven unos cuantos bien merecidos.
Jackman brilla con su actuación, ha construido un personaje creíble, bien matizado, se ha metido en su piel y ha proyectado sus emociones en la pantalla. Dover es un hombre que pasa de tener una vida normal, a estar amargado, herido, deprimido, hundido, desesperado, medio ido y que casi ha perdido el norte. Y todas estas emociones las vemos incluso cuando no hay palabras, nos deja boquiabiertos con esa fuerza interpretativa.
Gyllenhaal por su parte, nos regala una interpretación del detective Loki fantástica. Taciturno, agobiado y desesperado por resolver el caso. Al mismo tiempo, inteligente y con arrojo.
Respecto al resto del reparto, Paul Dano es digno de mención especial. Terrence Howard, Melissa Leo, Maria Bello, Viola Davis, todos completan perfectamente al dúo protagonista.
Es inevitable establecer algún pequeño paralelismo con grandes thrillers como Seven, Zodiac o la fantástica Mystic River. Pero Prisioneros brilla con luz propia y se ha ganado un lugar entre los mejores thrillers por méritos propios.
Una película que nadie debería perderse, y de ser posible disfrutar en V.O., para poner notar todos esos matices en las voces originales de los actores. Su larga duración se hace corta mientras se ve, pues la película nos mantiene tan expectantes, que el tiempo se vuelve relativo.
Si no habéis visto la película, no leáis el spoiler. Pues Prisioneros es una de esas películas que se ven con la respiración contenida precisamente por no saber qué será lo siguiente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Es a la vez sencilla y al mismo tiempo impresionante la escena en que por primera vez vemos a Dover (Jackman) pegarle a Alex (Dano). Y es tan impresionante precisamente por el dilema que nos plantea a nosotros mismos, y cómo nos detenemos un minuto a pensar si haríamos lo mismo, sobre todo porque dudamos en muchas ocasiones de que Alex sea el secuestrador. ¿Realmente lo es, o Dover está cegado por la desesperación?, nos preguntamos bastantes veces a lo largo del filme.
Cuando Dover coge el martillo, se nota su furia contenida, tan bien interpretada que durante unos instantes pensamos que, tras desahogarla con el lavabo, va a matar a Alex en ese arranque.
- Destacable también la escena en que Nancy (Davis) pide ver a Alex. La deformación de su cara por los golpes es un reflejo de la furia desencadenada de Dover. Después del intento fallido de Nancy por hacerle hablar por las buenas, su personaje también deja de lado su moralidad. No quiere participar, pero tampoco se opondrá.
Grace (Bello) tiene un momento parecido al final de la película, cuando dice a Loki, que entiende que su marido hizo lo que tuvo que hacer para encontrar a la niña.
- Digna de mención la escena en que tenemos a un Dover derrotado, impasible, apático mientras escalda a Alex con el agua hirviendo. Dice que le dejará salir si dice dónde están las niñas, pero ¿habría sido así? ¿Le habría dejado ir si Alex hubiera hablado? ¿O le habría dejado morir allí, o quizá le habría matado con sus propias manos? Es más, ¿habría creído Dover a Alex, dijese lo que que dijese? No lo sabremos.
- Tenemos pistas a lo largo de toda la película, las vemos, pero no podemos relacionarlas tan fácilmente. El cadáver en el sótano del cura, sabemos que tiene algo que ver, pero no sabemos hasta qué punto, máxime cuando el cura dice que el cadáver era un secuestrador. La "tía" de Alex, Holly (Leo) que repite en alguna ocasión que su marido desapareció sin dejar rastro. Loki encontrando noticias sobre un chico desaparecido muchos años atrás. El imitador, que desvía nuestra atención, haciéndonos pensar que es el secuestrador de las niñas, y que dibuja un laberinto. Laberinto que también menciona Alex tras muchas torturas.
Muchas pistas que no atamos hasta el final. Lo comprendemos todo en el mismo momento en que Dover lo hace. Y también Loki, aunque de distinto modo, acaba por establecer la relación a raíz del colgante del laberinto.
- Por otra parte, Alex podría haber muerto sin que nadie (aparte de Nancy y Franklin) supiera que estaba encerrado, si Loki no hubiera ido a buscar a Dover al edificio abandonado, pues a esas alturas Dover ya estaba en casa de la tía de Alex.
Algo parecido le habría pasado a Dover, ya que nadie aparte de Holly sabía que estaba en el pozo, y tras la muerte de ella, y desangrándose con un tiro en la pierna difícilmente sobreviviría mucho tiempo.
- Por último tenemos la escena final. Cuando ya creíamos a Dover muerto en el fondo de ese pozo, un silbato, el silbato que desencadenó todo suena en la lejanía, queriendo la suerte que Loki esté allí para oírlo. Y la película termina en el momento justo, no es necesario más. Todo se ha resuelto y todos los cabos se han atado.
Cuando Dover coge el martillo, se nota su furia contenida, tan bien interpretada que durante unos instantes pensamos que, tras desahogarla con el lavabo, va a matar a Alex en ese arranque.
- Destacable también la escena en que Nancy (Davis) pide ver a Alex. La deformación de su cara por los golpes es un reflejo de la furia desencadenada de Dover. Después del intento fallido de Nancy por hacerle hablar por las buenas, su personaje también deja de lado su moralidad. No quiere participar, pero tampoco se opondrá.
Grace (Bello) tiene un momento parecido al final de la película, cuando dice a Loki, que entiende que su marido hizo lo que tuvo que hacer para encontrar a la niña.
- Digna de mención la escena en que tenemos a un Dover derrotado, impasible, apático mientras escalda a Alex con el agua hirviendo. Dice que le dejará salir si dice dónde están las niñas, pero ¿habría sido así? ¿Le habría dejado ir si Alex hubiera hablado? ¿O le habría dejado morir allí, o quizá le habría matado con sus propias manos? Es más, ¿habría creído Dover a Alex, dijese lo que que dijese? No lo sabremos.
- Tenemos pistas a lo largo de toda la película, las vemos, pero no podemos relacionarlas tan fácilmente. El cadáver en el sótano del cura, sabemos que tiene algo que ver, pero no sabemos hasta qué punto, máxime cuando el cura dice que el cadáver era un secuestrador. La "tía" de Alex, Holly (Leo) que repite en alguna ocasión que su marido desapareció sin dejar rastro. Loki encontrando noticias sobre un chico desaparecido muchos años atrás. El imitador, que desvía nuestra atención, haciéndonos pensar que es el secuestrador de las niñas, y que dibuja un laberinto. Laberinto que también menciona Alex tras muchas torturas.
Muchas pistas que no atamos hasta el final. Lo comprendemos todo en el mismo momento en que Dover lo hace. Y también Loki, aunque de distinto modo, acaba por establecer la relación a raíz del colgante del laberinto.
- Por otra parte, Alex podría haber muerto sin que nadie (aparte de Nancy y Franklin) supiera que estaba encerrado, si Loki no hubiera ido a buscar a Dover al edificio abandonado, pues a esas alturas Dover ya estaba en casa de la tía de Alex.
Algo parecido le habría pasado a Dover, ya que nadie aparte de Holly sabía que estaba en el pozo, y tras la muerte de ella, y desangrándose con un tiro en la pierna difícilmente sobreviviría mucho tiempo.
- Por último tenemos la escena final. Cuando ya creíamos a Dover muerto en el fondo de ese pozo, un silbato, el silbato que desencadenó todo suena en la lejanía, queriendo la suerte que Loki esté allí para oírlo. Y la película termina en el momento justo, no es necesario más. Todo se ha resuelto y todos los cabos se han atado.

5.8
12,237
5
14 de octubre de 2012
14 de octubre de 2012
65 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final de la película es lo que me ha hecho rebajarle al menos dos puntos en la valoración, pero el comentario sobre eso lo dejo para el spoiler.
La película gira en torno a un Gere que interpreta a un rico empresario. Gere hace muy bien su personaje, dotándole de interés y credibilidad. Su esposa, Sarandon, está algo desaprovechada en la película, de hecho no hace nada interesante hasta la parte final, y no obstante tampoco es mucho. Cabe destacar el personaje de Nate, bien construído e interesante.
La trama es buena, el guión también. La dirección fluída y agradable. La mayor parte de la película se desarrolla en torno a un desafortunado suceso, que combinado con los tejemanejes del personaje de Gere, crean una historia interesante. El fraude pasa de ser el punto central a ser un punto un tanto más secundario dentro de una trama más relevante y donde se plantea un dilema sobre una dualidad moral sobre el suceso.
La película resulta entretenida, no aburre y merece la pena verla. Pero como dije al principio de la crítica el final hace que le rebaje puntos. Paso a continuación al spoiler.
La película gira en torno a un Gere que interpreta a un rico empresario. Gere hace muy bien su personaje, dotándole de interés y credibilidad. Su esposa, Sarandon, está algo desaprovechada en la película, de hecho no hace nada interesante hasta la parte final, y no obstante tampoco es mucho. Cabe destacar el personaje de Nate, bien construído e interesante.
La trama es buena, el guión también. La dirección fluída y agradable. La mayor parte de la película se desarrolla en torno a un desafortunado suceso, que combinado con los tejemanejes del personaje de Gere, crean una historia interesante. El fraude pasa de ser el punto central a ser un punto un tanto más secundario dentro de una trama más relevante y donde se plantea un dilema sobre una dualidad moral sobre el suceso.
La película resulta entretenida, no aburre y merece la pena verla. Pero como dije al principio de la crítica el final hace que le rebaje puntos. Paso a continuación al spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los finales abiertos están muy bien, pero para algunas películas. Para esta no.
No es una película que necesite un final abierto, pues no necesita crear suspense para una segunda parte. Tampoco es necesario dejar al espectador con dudas sobre lo que ocurre, puesto que, ya que hemos visionado cien minutos de película, queremos saber qué pasa con el personaje de Gere.
En la sala donde yo la vi, al final los espectadores pensamos durante unos instantes que la película se había cortado (no podía terminar así), algunos ya estábamos girando las cabezas hacia la luz de la sala de proyección, cuando comenzaron los créditos. Y la decepción se notó en los murmullos de la gente y en los comentarios a la salida de la sala.
¿Qué pasa con el personaje de Gere? ¿Ha firmado los documentos del divorcio con su esposa, pero son tan hipócritas de estar como si nada en la gala? ¿O es que no los ha firmado y se han reconciliado? ¿Está el personaje de Gere enfermo o sano? ¿Vive o muere? ¿Quizá tiene un ataque de moralidad y cuenta todo lo que ha hecho, tanto el fraude como el largarse del accidente, delante del público? ¿Simplemente da un discurso? ¿Qué pasa?
El final deja demasiados interrogantes abiertos en una película que no tendría porqué tenerlos.
En mi opinión, es un intento de dejarnos con la miel en los labios, de que cada espectador conjeture el final que mejor le parezca. Pero eso es algo que funciona muy bien con algunas películas y no con otras. En este caso, ese final no funciona sino que decepciona.
No es una película que necesite un final abierto, pues no necesita crear suspense para una segunda parte. Tampoco es necesario dejar al espectador con dudas sobre lo que ocurre, puesto que, ya que hemos visionado cien minutos de película, queremos saber qué pasa con el personaje de Gere.
En la sala donde yo la vi, al final los espectadores pensamos durante unos instantes que la película se había cortado (no podía terminar así), algunos ya estábamos girando las cabezas hacia la luz de la sala de proyección, cuando comenzaron los créditos. Y la decepción se notó en los murmullos de la gente y en los comentarios a la salida de la sala.
¿Qué pasa con el personaje de Gere? ¿Ha firmado los documentos del divorcio con su esposa, pero son tan hipócritas de estar como si nada en la gala? ¿O es que no los ha firmado y se han reconciliado? ¿Está el personaje de Gere enfermo o sano? ¿Vive o muere? ¿Quizá tiene un ataque de moralidad y cuenta todo lo que ha hecho, tanto el fraude como el largarse del accidente, delante del público? ¿Simplemente da un discurso? ¿Qué pasa?
El final deja demasiados interrogantes abiertos en una película que no tendría porqué tenerlos.
En mi opinión, es un intento de dejarnos con la miel en los labios, de que cada espectador conjeture el final que mejor le parezca. Pero eso es algo que funciona muy bien con algunas películas y no con otras. En este caso, ese final no funciona sino que decepciona.
3
7 de octubre de 2012
7 de octubre de 2012
104 de 177 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantan las series. Tras las películas, son mi segunda afición favorita. He visto tantas que a veces me cuesta recordar los nombres.
Hace un tiempo, un amigo cinéfilo y amante de las series me preguntó si nunca había visto "The Wire". Al contestarle que no, dijo que era casi inexplicable que cualquier aficionado a las series no estuviera completamente enganchado a ésta. Me la describió como realista y dura. Eso me gustó. Busqué puntuaciones y críticas, queriendo informarme un poco más sobre la serie, encontrándome con buenas críticas y puntuaciones.
Comencé a ver la serie con la ilusión de encontrar algo que me gustaría muchísimo, que me engancharía a cada episodio y a cada temporada.
No fue así. Desde el primer episodio me pareció demasiado lenta y desangelada, con poca sustancia. Una serie que no me incitaba a continuar. Me dije a mí misma que no podía ser, que seguramente tras unos cuantos episodios más acabaría enganchándome y gustándome. De modo que continué, episodio tras episodio, buscando aquello que la hacía tan fantástica a ojos de críticos profesionales y amateurs.
No fui capaz de ir más allá de los primeros seis o siete episodios. No encontré ese punto de enganche que tanto mencionaban sus fans, tampoco ese punto realista y duro que mencionaban, y mucho menos veía qué había en la serie que gustaba tanto. Por el contrario, la serie me parecía deslizarse sobre un guión demasiado lento sin nada a lo que aferrarse para justificar el ver episodio tras episodio, temporada tras temporada. Era como si no me interesase nada de lo que me contaban.
Hace un tiempo, un amigo cinéfilo y amante de las series me preguntó si nunca había visto "The Wire". Al contestarle que no, dijo que era casi inexplicable que cualquier aficionado a las series no estuviera completamente enganchado a ésta. Me la describió como realista y dura. Eso me gustó. Busqué puntuaciones y críticas, queriendo informarme un poco más sobre la serie, encontrándome con buenas críticas y puntuaciones.
Comencé a ver la serie con la ilusión de encontrar algo que me gustaría muchísimo, que me engancharía a cada episodio y a cada temporada.
No fue así. Desde el primer episodio me pareció demasiado lenta y desangelada, con poca sustancia. Una serie que no me incitaba a continuar. Me dije a mí misma que no podía ser, que seguramente tras unos cuantos episodios más acabaría enganchándome y gustándome. De modo que continué, episodio tras episodio, buscando aquello que la hacía tan fantástica a ojos de críticos profesionales y amateurs.
No fui capaz de ir más allá de los primeros seis o siete episodios. No encontré ese punto de enganche que tanto mencionaban sus fans, tampoco ese punto realista y duro que mencionaban, y mucho menos veía qué había en la serie que gustaba tanto. Por el contrario, la serie me parecía deslizarse sobre un guión demasiado lento sin nada a lo que aferrarse para justificar el ver episodio tras episodio, temporada tras temporada. Era como si no me interesase nada de lo que me contaban.

5.5
14,562
5
20 de febrero de 2012
20 de febrero de 2012
43 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filme comienza muy bien, transmitiendo sensaciones a través de la voz en off de Liam, a través de su buena interpretación. Nos arrellanamos en la butaca, nos interesa lo que nos cuenta, queremos seguir conociendo al personaje, su historia.
Al cabo de unos minutos, después del accidente, comenzamos a establecer los inevitables paralelismos con "¡Viven!". De hecho, incluso los personajes lo comentan (será por si no nos habíamos dado cuenta).
Cuando aparecen los lobos... la película nos decepciona de golpe. ¿Pero qué lobos son éstos? Por el tamaño y la forma, más bien parecieran licántropos sacados de una película de vampiros de brillantina, aunque con mucha más mala leche. Lobos enormes que parecen y son presentados como béstias crueles y sangrientas sacadas del mismísimo averno. Resumiendo, nada que ver con los auténticos lobos ni con su comportamiento.
Lo único que hace soportable la película hasta el final, es la presencia de Neeson, buen actor que hace lo que puede con el material del filme. Y por él los 5 puntos.
El final es descarnado y carente de emoción y sentido. Nos deja que ni fu ni fa.
Al cabo de unos minutos, después del accidente, comenzamos a establecer los inevitables paralelismos con "¡Viven!". De hecho, incluso los personajes lo comentan (será por si no nos habíamos dado cuenta).
Cuando aparecen los lobos... la película nos decepciona de golpe. ¿Pero qué lobos son éstos? Por el tamaño y la forma, más bien parecieran licántropos sacados de una película de vampiros de brillantina, aunque con mucha más mala leche. Lobos enormes que parecen y son presentados como béstias crueles y sangrientas sacadas del mismísimo averno. Resumiendo, nada que ver con los auténticos lobos ni con su comportamiento.
Lo único que hace soportable la película hasta el final, es la presencia de Neeson, buen actor que hace lo que puede con el material del filme. Y por él los 5 puntos.
El final es descarnado y carente de emoción y sentido. Nos deja que ni fu ni fa.

5.1
8,521
2
10 de octubre de 2012
10 de octubre de 2012
39 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, en serio... ¿de verdad? ¿Es una broma esta película o en realidad es así de mala?
Es inevitable compararla con el Bar Coyote, aunque en versión masculina y con algún baile algo más currado. Pero coño, hasta el Bar Coyote tenía más historia y más guión a comparación.
La película no tiene base ni historia que la cobije, ninguna, se limita a mostrar bastantes y cansinos bailes de strippers treintañeros (algunos más cerca de la cuarentena, y en el caso de Kevin Nash en la cincuentena larga), que "adoptan" a un chico más joven para que haga las delícias de un par de universitarias. Y ya está, señores, no hay más que contar.
La película intenta, a ratos, mostrarnos la vida de Mike y Adam fuera del escenario, pero apenas emborrona unos pocos aspectos, los intentos del protagonista por crear un negocio que es su sueño, un romance que sí que no que sí, y algún problemilla con las drogas, pero nada que sobresalga y desde luego nada especialmente interesante.
Me ha sorprendido leer por ahí que la película es más bien para disfrute de las mujeres. Vale, pues soy mujer y no me ha gustado nada. ¿Por qué habría de hacerlo? Si la película es mala, es mala y punto. Eso dejando de lado que los chicos que aparecen no son gran cosa, mucho cuerpo metrosexual que parece de cera, pero prácticamente nada de atractivo y menos de magnetismo.
Menciono especialmente a Manganiello, del que me encanta su personaje en True Blood, y que sin embargo aquí me parece bastante ridículo.
Los personajes están demasiado desdibujados, sin perfilar, sin carisma. Como si los actores solo se hubiesen preocupado de quedar bien en la pantalla en paños menores mientras dan cuatro pasos de baile, pero en absoluto de hacer creíbles sus personajes.
No hay nada en la película que sobresalga, no hay ninguna excusa, nada para que podamos decir: "vale, es mala, pero tiene..." No, en este caso no.
La clasifican como comedia y drama. Pues ni drama ni comedia. No hay ni un momento que lleve a la risa, ni siquiera a una pobre sonrisa. Y aún menos hay ningún punto dramático.
La película se ve, si es que somo capaces de aguantar sus casi dos horas (a mí me costó un par de refrescos de cafeína mantenerme despierta), con el deseo de que termine cuanto antes, preguntándonos para qué leches hemos ido a ver semejante bódrio infumable.
Del guión ni hablemos, y la dirección pues... eso, no sé en qué pensaba Soderbergh al hacer esta película, que además es totalmente prescindible.
En resumen, una pérdida de tiempo y de dinero.
Es inevitable compararla con el Bar Coyote, aunque en versión masculina y con algún baile algo más currado. Pero coño, hasta el Bar Coyote tenía más historia y más guión a comparación.
La película no tiene base ni historia que la cobije, ninguna, se limita a mostrar bastantes y cansinos bailes de strippers treintañeros (algunos más cerca de la cuarentena, y en el caso de Kevin Nash en la cincuentena larga), que "adoptan" a un chico más joven para que haga las delícias de un par de universitarias. Y ya está, señores, no hay más que contar.
La película intenta, a ratos, mostrarnos la vida de Mike y Adam fuera del escenario, pero apenas emborrona unos pocos aspectos, los intentos del protagonista por crear un negocio que es su sueño, un romance que sí que no que sí, y algún problemilla con las drogas, pero nada que sobresalga y desde luego nada especialmente interesante.
Me ha sorprendido leer por ahí que la película es más bien para disfrute de las mujeres. Vale, pues soy mujer y no me ha gustado nada. ¿Por qué habría de hacerlo? Si la película es mala, es mala y punto. Eso dejando de lado que los chicos que aparecen no son gran cosa, mucho cuerpo metrosexual que parece de cera, pero prácticamente nada de atractivo y menos de magnetismo.
Menciono especialmente a Manganiello, del que me encanta su personaje en True Blood, y que sin embargo aquí me parece bastante ridículo.
Los personajes están demasiado desdibujados, sin perfilar, sin carisma. Como si los actores solo se hubiesen preocupado de quedar bien en la pantalla en paños menores mientras dan cuatro pasos de baile, pero en absoluto de hacer creíbles sus personajes.
No hay nada en la película que sobresalga, no hay ninguna excusa, nada para que podamos decir: "vale, es mala, pero tiene..." No, en este caso no.
La clasifican como comedia y drama. Pues ni drama ni comedia. No hay ni un momento que lleve a la risa, ni siquiera a una pobre sonrisa. Y aún menos hay ningún punto dramático.
La película se ve, si es que somo capaces de aguantar sus casi dos horas (a mí me costó un par de refrescos de cafeína mantenerme despierta), con el deseo de que termine cuanto antes, preguntándonos para qué leches hemos ido a ver semejante bódrio infumable.
Del guión ni hablemos, y la dirección pues... eso, no sé en qué pensaba Soderbergh al hacer esta película, que además es totalmente prescindible.
En resumen, una pérdida de tiempo y de dinero.
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