Ruby Sparks es un muy buen film habla de la, muchas veces, imperceptible línea que hay entre nuestra imaginación, lo que deseamos e idealizamos y la realidad que por contra vivimos. Todo en el contexto de una relación sentimental. Y lo hace a través de Calvin y su relación ficticia y a la vez real con Ruby.

De este modo Calvin descubrirá todas las páginas escritas y por escribir de una relación de pareja. Las dificultades, las pequeñas discusiones triviales, la monotonía o las reglas que nos queremos auto imponer para intentar que todo funcione del mejor modo. Una clase de egoísmo que enseña a Calvin que no se puede controlar todo, que no puedes construir y moldear a esa persona a tu gusto para que sea todo perfecto. En el momento que pretendes hacer del amor y las relaciones personales algo lógico y racional es cuando desaparece y carece de sentido. Deja de ser real.

'Ruby Sparks' es una fábula fantástica y romántica que nos cuenta exactamente eso, y Calvin es ese chico que no quiere estar solo, porque tampoco tiene amigos y formula en su mente y también en su vida esa relación ideal, demasiado perfecta y por ende artificial. Y el amor no tiene sentido, el amor es la magia más misteriosa, es un milagro, como el que le ocurre a nuestro protagonista.

Especial mención a los singulares personajes, como es toda la familia. Y el dúo protagonista formado por Paul Dano y Zoe Kazan capaces de crear dos personajes ficticios pero a la vez tan reales e identificables.