28 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La soledad suele ser la peor compañera, pero a veces, como en “Starlet”, es la excusa ideal para formar un vínculo. Jane tiene 21 años y un perro que adora, Starlet, que en principio es lo único que ama en su vida. Su mundo es vacío, con amigos sin proyectos y con la droga como parte del asunto. Su trabajo se asocia a la pornografía, en un submundo en donde también habita como Melissa, una compañera de ruta con quien comparte departamento. La vida de Jane cambia cuando le compra un viejo jarrón a Sadie, una anciana malhumorada de 85 años. Es que en ese jarrón encontrará 10 mil dólares escondidos, y es a partir de ese momento cuando nada volverá a ser como antes. El director Sean Baker aprovechó al máximo la expresividad gestual de Dree Hemingway (hija de Mariel y bisnieta de Ernest, el consagrado escritor), para pintar a Jane, una joven que parece andar por la vida sin ninguna mochila a cuestas. Pero el hallazgo de la película no es sólo el rol de esta bella actriz debutante sino la lograda performance de Besedka Johnson, que también debutaba con”Starlet” y falleció este año. La película respira ese aire distendido mixturado con lo caótico, hasta que aparece el extraño vínculo de la veinteañera y la anciana, raro sí, pero verdadero. El vacío de esa mujer hosca y distante choca con el mundo de Jane. Hasta que de a poco los cortocircuitos irán cediendo.
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