Nora, fantaseó con la muerte desde su juventud, tenia un esposo y un hijito y con los años éste crecio y se emancipó y su ex exposo el Jose Kurtz se fue a vivir al departamente de en frente, para no vivir más con ella, pero ambos se podían ven en su cotidianeidad con una largavistas, ya no querian estar juntos pero aún se amaban. Al fin un día Nora cumple su cometido, pero preparó la puesta en escena de cómo queria que fuera todo, o sea manipuló todo a su antojo, lo que enojó a José ostensiblemente, pero fiel al pedido de su hijo lo espera para que se pueda concretar el sepelio y posterior entierro con muchisimas irregularidades donde se mezcla la ley judía en el tratamiento de los muertos y su entierro, la causa de muerte: en este caso un suicidio, el dolor de su hijo y una foto que la noche anterior a su muerte se habia caido en el borde de la cama, pero a pesar que José fue quien interrumpió la relación, tocó su ego, porque aparece en unas vacaciones con el psiquiatra que la asistió toda la vida. Es una película que toca tema muy sensibles pero nadie puede salir ofendido de ésta, ya que lo hace con maestría, según relato de la directora inspirado en una historia familiar.
Dos frases me quedaron grabadas de esta pelicula: en una cuando Jose implorando que le den una tumba donde poder descansar Nora ya que ningún panteón le daba lugar por un ex abrupto de José hacia el Rabino de la familia, le pregunta a un rabino acerca del suicido y el tratamiento en los entierros a los que este responde "Lo que sucede en cabeza ajena es un misterio que no debe ser juzgado", José fue rogando y notablemente arrepentido por lo sucedido con el Rabino Jacowitz y esa fué la disculpa por su falta de respeto a la religión.
La segunda cuando logró concretarse el servicio, el rabino tira la primer pala de tierra sobre el ataúl y pasándola a su ex esposo reflexiona: el dolor no debe pasar de cuerpo en cuerpo, cada uno carga ya su propia mochila. El diálogo entre José y el Rabino que sabiamente resuelve con José es antológico. Fernando Luján quedó grabado en mi retina.