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Voto de Julien Tormá:
2
7.8
35,970
Drama
Un hombre camina por el desierto de Texas sin recordar quién es. Su hermano lo busca e intenta que recuerde cómo era su vida cuatro años antes, cuando abandonó a su mujer y a su hijo. A medida que va recuperando la memoria y se relaciona con personas de su pasado, se plantea la necesidad de rehacer su vida. (FILMAFFINITY)
21 de agosto de 2016
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de autor se deviene cada vez más en mito y una deliberada confusión semántica, existe el cineasta o el director (llámese Ford o HItchcock, respectivamente por ejemplo) pero no el cine de autor porque siempre hay un autor-director: en realidad lo que sucede es que quienes acuñaron tal término buscaban con denuedo investir de un tocado de sabio con su cayado a ese nuevo cineasta europeo, de índole artística, y así "el genio" es decir la marca, el "arte" divino no quedaba diluido entre las brumas del aparato y el equipo: y el montador, el cameraman, el de fotografía, el guionista, el de decorados, la música etcétera quedaban fagocitados por ese númen, inequívovamente saturnal y artístico en el sentido de genio y quid divinum, que sólo puede poseer y representar "el autor" oiga, el autor. Y de ahí vienen entonces los Antonioni, Tarkovsky, los de Dogma o por ejemplo el insuperable pedante Terrence Malick, aunque existen infinidad de ejempos. Yo diría que aquí Win Wenders sigue un poco la estela conceptualista de Antonioni: relato lento hasta la extenuación, búsqueda del concepto en cada imagen, pero se olvida que el concepto o el símbolo, la metáfora visual o la elipsis parten de una realidad de opinión del autor, y de ahí la ambivalencia y de ahí la abulia, el asesinato del relato a través de la imagen. Para mí películas como estas caen en su propia trampa. No sé si podría ser un signo tal vez de los tiempos (años 80) donde ya se adivinaba el apocalipsis de tecnologización en occidente y aspectos modernos como la comunicación daban para largos debates (y ahora con redes sociales todo esto nos parece un poco ya como arcaico, tanto que hay que volver a revisar la phoné de los presocráticos), pero no me parece brillante toda esa insistencia de la incomunicación del hombre moderno a base de tanto teléfono, walky-talkys o teléfonos en cabinas peep-show con interlocutores a escasos metros unos de otros: no nos descubre nada, no hay metafísica, no hace pensar porque eso está ya muy pensado y aburre, y si hay que repensarlo no desde el cine o la literatura, desde luego. Pero vayamos al meollo del argumento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El amnésico no es creíble, no por la interpretación del actor, que es muy buena, sino por su contexto y la actitud de su hermano, que no casa bien. Esa componente (de nuevo conceptual, gafapastil a cholón) existencialista de pretender que la vida de un hombre sea su pasado sin que él mismo sea consciente es un verdadero pestiño y aburre al más paciente. La escapada a buscar a la madre es triste por impostada, y se demora en larguísimas secuencias donde sobra metraje. No puedes pretender meter tu arte avant la garde conceptual metafísico y además contar una historia entretenida y que llegue al público, a no ser que seas un pedante y los que vieron la película ante la duda de saber si la entendieron dicen que es magnífica porque es lo que toca (pero La notte es un coñazo), y que te lo haya sancionado con la palma de oro Cannes es prueba mayor aún de lo que sostengo. (más aún desarrollándose la trama en EEUU). Cine y arte conceptual no casan porque el pleonasmo expulsa al núcleo esencial del cine que no es otro que el de narrar, contar una historia con una cierta urdimbre emocional, pero si eres conceptual y crees que lo tuyo es excelso y te demoras en planos infinitamente lentos porque leíste algo de Deleuze y se hizo la revelación para tu cine entonces no puedes ser emocional, por mucho que Nastacha Kinsky llore a moco tendido por su hijo y su pareja al final y por esa relación que fue y que pudo ser más, y por un dolor inenarrable para ella y para él que decidió ser otro porque es otro y porque ese otro si es que existiera está compuesto de recuerdos y bla bla, todo eso que podría estar muy bien es como digo jibarizado y reducido a cenizas merced a todo ese aparato de "autor", el autor oiga el autor y sus pajillas mentales.