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Voto de Francisco:
7
7.7
8,116
Thriller. Drama
Adaptación de la novela homónima de Truman Capote. Un honrado granjero de Kansas lleva una vida tranquila con su esposa y sus dos hijos. No puede sospechar ni remotamente que él y su familia van a ser asesinados por dos ex-presidiarios con las facultades mentales perturbadas. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cincuenta años después de la macabra noche de los asesinatos, ni un día más ni un día menos, me sentaba en el cierro de mi casa y me disponía a leer las primeras páginas del libro de Capote. Casualidad o no por el escabroso aniversario, me sentí impulsado a terminar la obra del periodista norteamericano y a disfrutar mientras lo hacía de la sensibilidad descriptiva de la que hace gala en cada uno de los párrafos.
No fue hasta pasadas unas semanas cuando encontré algunas referencias sobre la adaptación que Richard Brooks llevó a la pantalla allá por el año 1967. Pude conseguir la cinta y me puse manos a la obra mientras intentaba recordar alguna experiencia similar en la que hubiese leído el libro antes del visionado del metraje adaptado, pero no conseguí recordar ninguna en ese momento. Era pues primerizo en el asunto, o al menos, lo sentí como tal.
La acción se fue desarrollando como un viaje a los recuerdos en los que me sumergía con cada detalle que compuso la pluma de Truman acerca de los sucesos de Holcomb. Donde la imagen hablaba menos que el perfume de las mil palabras de aquel, Brooks colocó con sabiduría una muestra musical de brisa con aromas. En los precisos instantes en que el blanco y el negro no lograban definir la paleta de colores que usó el rubio de New Orleans, las sombras grises de la cámara del que un año atrás rodara la magnífica "The Professionals" hacían acto de presencia. Y así, poco a poco, la fidelidad mostrada a las líneas originales iba devolviéndole el protagonismo a la premiada "non-fiction-novel" del año 1966.
No fue hasta pasadas unas semanas cuando encontré algunas referencias sobre la adaptación que Richard Brooks llevó a la pantalla allá por el año 1967. Pude conseguir la cinta y me puse manos a la obra mientras intentaba recordar alguna experiencia similar en la que hubiese leído el libro antes del visionado del metraje adaptado, pero no conseguí recordar ninguna en ese momento. Era pues primerizo en el asunto, o al menos, lo sentí como tal.
La acción se fue desarrollando como un viaje a los recuerdos en los que me sumergía con cada detalle que compuso la pluma de Truman acerca de los sucesos de Holcomb. Donde la imagen hablaba menos que el perfume de las mil palabras de aquel, Brooks colocó con sabiduría una muestra musical de brisa con aromas. En los precisos instantes en que el blanco y el negro no lograban definir la paleta de colores que usó el rubio de New Orleans, las sombras grises de la cámara del que un año atrás rodara la magnífica "The Professionals" hacían acto de presencia. Y así, poco a poco, la fidelidad mostrada a las líneas originales iba devolviéndole el protagonismo a la premiada "non-fiction-novel" del año 1966.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se me hizo imposible, por tanto, despegar una cosa de la otra en una especie de "tanto monta monta tanto" cuya dualidad imagen-sonido sólo logré diferenciar en los momentos en los cuales Perry cita con ingenuidad "El tesoro de Sierra Madre" que Bogart nunca logró encontrar, no sólo porque pensé que era cosecha propia del cineasta, sino porque además logró reventarme en parte el visionado del film de Huston.
Cosas malas que tiene el buen cine.
Cosas malas que tiene el buen cine.