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Críticas ordenadas por utilidad
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7.3
27,014
7
26 de mayo de 2010
26 de mayo de 2010
54 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta llamativa la cantidad de buenas películas de animación de las que podemos disfrutar últimamente. He de dejar claro que "Up", "Ratatouille" y, sobre todo, los cuarenta y cinco primeros minutos de "Wall-e" me parecen obras de un calibre superior, a la altura de las mejores películas de carne y hueso. Pero nunca me había llegado a imaginar que una de dibujos animados (una "stop motion" más concretamente) podría ser tan didáctica y aleccionadora como lo es esta fábula del señor Fox.
Me refiero a la lucha clandestina y "underground" que lleva a cabo este personaje tan original y necesario en el cine para todos los públicos actual. Si ya la buena adaptación de "Where the wild things are" permite conclusiones atemporales, ésta permite ser fiel a uno mismo, a nuestra propia condición. Y la condición del zorro es la del saqueo y el pillaje, la de sublevarse a las imposiciones propias de la chaqueta y el traje que le impone su estilo de vida familiar.
Obviamente, la moraleja no sería decirles a los críos que nuestra condición natural es el robo a hurtadillas, no chiquillo eso no es así. Nuestra condición natural es aquella que nos haga sentirnos libres y no voy a ser yo quien te diga cuál es la tuya, porque si bien un zorro está condicionado por su naturaleza misma a matar gallinas de un mordisco tú eres lo suficientemente capaz, por tu condición de persona, de elegir entre morder a una chica en el cuello o producirle otras sensaciones más placenteras.
Lo que sí debe quedar claro es la incorformidad a mostrar hacia tu escrito destino, a borrar de su significado las palabras ineludible, inevitable e inescrutable. Tras este visionado quiero y deseo que los pequeños piensen que eres tú en tu misma esencia quien modifica tu futuro con tus decisiones y que por ello, tus decisiones y tus actos traen consecuencias irremediablemente. Y lo bonito de todo es que debes aprender a asumirlas aunque con ellas te crees enemigos irreconciliables.
Me refiero a la lucha clandestina y "underground" que lleva a cabo este personaje tan original y necesario en el cine para todos los públicos actual. Si ya la buena adaptación de "Where the wild things are" permite conclusiones atemporales, ésta permite ser fiel a uno mismo, a nuestra propia condición. Y la condición del zorro es la del saqueo y el pillaje, la de sublevarse a las imposiciones propias de la chaqueta y el traje que le impone su estilo de vida familiar.
Obviamente, la moraleja no sería decirles a los críos que nuestra condición natural es el robo a hurtadillas, no chiquillo eso no es así. Nuestra condición natural es aquella que nos haga sentirnos libres y no voy a ser yo quien te diga cuál es la tuya, porque si bien un zorro está condicionado por su naturaleza misma a matar gallinas de un mordisco tú eres lo suficientemente capaz, por tu condición de persona, de elegir entre morder a una chica en el cuello o producirle otras sensaciones más placenteras.
Lo que sí debe quedar claro es la incorformidad a mostrar hacia tu escrito destino, a borrar de su significado las palabras ineludible, inevitable e inescrutable. Tras este visionado quiero y deseo que los pequeños piensen que eres tú en tu misma esencia quien modifica tu futuro con tus decisiones y que por ello, tus decisiones y tus actos traen consecuencias irremediablemente. Y lo bonito de todo es que debes aprender a asumirlas aunque con ellas te crees enemigos irreconciliables.

8.1
44,803
9
12 de octubre de 2008
12 de octubre de 2008
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un mero patrón nos condena a redactar lo que observamos, nos transformamos en el último soldado del desfile de su escuadrón, observando todo desde la distancia, sintiendo la seguridad del que no necesita que le cubran las espaldas.
En cambio, bajo la proyección de una cinta desvirgada, no se observa sino que se teme ser observado, pues quedamos tan indefensos ante el mundo que nos gustaría renacer y sentir el calor que aquella señora ya me brindara.
En cambio, bajo la proyección de una cinta desvirgada, no se observa sino que se teme ser observado, pues quedamos tan indefensos ante el mundo que nos gustaría renacer y sentir el calor que aquella señora ya me brindara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Empieza la película. Esto no puede ser Lynch. Este patrón no responde a sus manos (creo que se esconde detrás de esa sombra). Pero es que ahora no estoy observando, sólo puedo empezar a sentir. ¿Y si fuese Joseph Carey Merrick?:
El dueño miserable de mi existencia me concede el derecho al ahogo, apoyado por la propia voluntad de mis bronquios. El dolor y el vacío recorren mi espalda curvilínea al son de los golpes de pecho que me cede mientras sacude mi dignidad.
Creía saber lo que era, pero ahora todo está demasiado confuso.
De la nada, un amable caballero me brinda parte de su ayuda. Mi soledad es exterior, es un paraguas malherido. El látigo dejó paso al asombro de los puritanos de la fiesta. Por fin algo de paz.
Hoy creo que ya puedo hablar, y empieza un incesante goteo de palabras y versos. Sé que no les volveré a defraudar. Esta tarde he vivido un momento glorioso junto a una dama, me invitó al teatro, pronto volverá.
Mi corazón es pura piel de tambor, incesante ante el aplauso del respeto de las personas que lo poseen. Esta mi noche, dormiré a ras de dos cuartas del suelo, pese a todo quiero sentir el calor que aquella señora no me brindara.
Te quiero, madre. Tú que a mí me arropas.
El dueño miserable de mi existencia me concede el derecho al ahogo, apoyado por la propia voluntad de mis bronquios. El dolor y el vacío recorren mi espalda curvilínea al son de los golpes de pecho que me cede mientras sacude mi dignidad.
Creía saber lo que era, pero ahora todo está demasiado confuso.
De la nada, un amable caballero me brinda parte de su ayuda. Mi soledad es exterior, es un paraguas malherido. El látigo dejó paso al asombro de los puritanos de la fiesta. Por fin algo de paz.
Hoy creo que ya puedo hablar, y empieza un incesante goteo de palabras y versos. Sé que no les volveré a defraudar. Esta tarde he vivido un momento glorioso junto a una dama, me invitó al teatro, pronto volverá.
Mi corazón es pura piel de tambor, incesante ante el aplauso del respeto de las personas que lo poseen. Esta mi noche, dormiré a ras de dos cuartas del suelo, pese a todo quiero sentir el calor que aquella señora no me brindara.
Te quiero, madre. Tú que a mí me arropas.

7.6
26,564
9
23 de octubre de 2008
23 de octubre de 2008
34 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces me pregunto cómo podría observar a la mujer que habita en la profundidad de mi Andalucía, que herida perennemente sabe sobreponerse a los obstáculos que los necios no dejan de mostrarle. Ensimismadas con todo aquello que no suponga su persona, recapacitando en lo más profundo de su ser sin más razón que el destino por cumplir. Me atrevo a decir que me crié entre estas Venus del machismo por cojones, al compás de una protección que no contempla el enardecimiento del afán por una libertad individual. Subrayar que día tras día ellas me brindaron gran parte de su vida y sobre todo me concedieron la hegemonía de su angustia. Gracias, gracias a las que saben que son.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así pues, esta película es la descripción más cercana a todos los sentimientos que hibernan por no sé que rendija del alma mía, a pesar de que mi admirado Benito nos la trajese ambientada en un Madrid que apesta a señorío.
Ese “huele a macho” de un cabrón permanentemente postrado en el cinismo de su rol. Ese señor cosmopolita del Norte educado por la bondad. Esa Galiana con un reconocimiento tardío, como el sueño de la mujer de la que os hablo, pero al fin reconocida. Esa muchacha exiliada por el capullo que sólo quiso seguir siendo un capullo. Y ese final en el que al fin llegó la paz para sus almas. Bendita película, estilo sublime de sencillez. Éste es el cine que ésta mi mujer, supo parir.
Ese “huele a macho” de un cabrón permanentemente postrado en el cinismo de su rol. Ese señor cosmopolita del Norte educado por la bondad. Esa Galiana con un reconocimiento tardío, como el sueño de la mujer de la que os hablo, pero al fin reconocida. Esa muchacha exiliada por el capullo que sólo quiso seguir siendo un capullo. Y ese final en el que al fin llegó la paz para sus almas. Bendita película, estilo sublime de sencillez. Éste es el cine que ésta mi mujer, supo parir.

8.0
159,822
8
21 de julio de 2010
21 de julio de 2010
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una historia dentro de un cine IMAX en una ciudad del hemisferio Norte.
Aclaración primera:
- El cine pasa por ser un entretenido ejercicio de la vida misma en ocasiones y un manuscrito de los detalles que se nos pasan por alto en otras muchas.
Sin ton ni son nos fuimos a ver lo nuevo de Nolan, una de las mentes más brillantes del cine actual, con algunas digestiones mentales en su haber en las que el producto final resulta brillantemente conseguido. Fuimos a verla a pelo, en inglés y sin subtitulación mediante, y temí no enterarme de los detalles. Pero no, no fue así, concentración budista para asistir a una función en una pantalla de cientos de metros cuadrados, sonido ensordecedor. Por esto mereció la pena pagar el precio de la butaca. Patio a rebosar, calor con trazos de convertirse en agobiante.
Aclaración segunda:
- Las expectativas en la vida no suelen ser nunca colmadas, en el séptimo arte esto es una falacia.
El "show" es una mezcolanza sin condiciones de ser ridícula en ningún momento, mitad entretenimiento mitad cine de calidad. Factura impecable de la mayoría del reparto, con Tom Berenger y Ellen Page algo por debajo de lo esperado, pero que no terminan de desentonar. El guión se mueve entre lo onírico del subconsciente freudiano y la templanza de una original historia a la altura del gran thriller negro. Aquí no creo que haya muchas discusiones, los efectos especiales son brillantes, el que lo quiera discutir pierde el tiempo consigo mismo.
Aclaración primera:
- El cine pasa por ser un entretenido ejercicio de la vida misma en ocasiones y un manuscrito de los detalles que se nos pasan por alto en otras muchas.
Sin ton ni son nos fuimos a ver lo nuevo de Nolan, una de las mentes más brillantes del cine actual, con algunas digestiones mentales en su haber en las que el producto final resulta brillantemente conseguido. Fuimos a verla a pelo, en inglés y sin subtitulación mediante, y temí no enterarme de los detalles. Pero no, no fue así, concentración budista para asistir a una función en una pantalla de cientos de metros cuadrados, sonido ensordecedor. Por esto mereció la pena pagar el precio de la butaca. Patio a rebosar, calor con trazos de convertirse en agobiante.
Aclaración segunda:
- Las expectativas en la vida no suelen ser nunca colmadas, en el séptimo arte esto es una falacia.
El "show" es una mezcolanza sin condiciones de ser ridícula en ningún momento, mitad entretenimiento mitad cine de calidad. Factura impecable de la mayoría del reparto, con Tom Berenger y Ellen Page algo por debajo de lo esperado, pero que no terminan de desentonar. El guión se mueve entre lo onírico del subconsciente freudiano y la templanza de una original historia a la altura del gran thriller negro. Aquí no creo que haya muchas discusiones, los efectos especiales son brillantes, el que lo quiera discutir pierde el tiempo consigo mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Respecto a la historia, tiene una tonelada de pinceladas del carácter indescifrable de las tramas que dejan poso tras el visionado. En cuanto al desenlace, si te lo cuento te condiciono, así que dale vueltas a la peonza. Tal vez la gravedad newtoniana nos dé la razón.

8.4
13,837
9
10 de marzo de 2009
10 de marzo de 2009
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando la amistad se solicita en la esencia humana privada de libertad. Cuando los compañeros hacen de su causa la causa tuya y tú debes hacer de la tuya la causa de los demás. Cuando parezca que algo hay pero sólo hay lo que nunca deja de parecer. Y el final de la libertad tuya sea la perecedera libertad del que tienes enfrente.
Mientras todo esto ocurra, por favor, hagan oídos sordos a lo vengo a decir para que así no podáis sentir el placer que arrastran en herencia los gestos infinitos de la caballerosidad. Y de este modo, además de parecernos a los piropos unidos con vocales, pueda yo sentir que en esta existencia canalla no estamos necesariamente solos.
La camaradería es un concepto burguesmente desacomodado de nuestras repisas y nuestros sofás, es una reliquia amiga de la amistad en Cro-magnon, al fin y al cabo, es uno de los tres sustentos de la vida.
Mientras todo esto ocurra, por favor, hagan oídos sordos a lo vengo a decir para que así no podáis sentir el placer que arrastran en herencia los gestos infinitos de la caballerosidad. Y de este modo, además de parecernos a los piropos unidos con vocales, pueda yo sentir que en esta existencia canalla no estamos necesariamente solos.
La camaradería es un concepto burguesmente desacomodado de nuestras repisas y nuestros sofás, es una reliquia amiga de la amistad en Cro-magnon, al fin y al cabo, es uno de los tres sustentos de la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El calor de una celda se transforma en la ilusión del que escapa en sueños y quiere alcanzarlos con sus manos. Me tiembla el pulso por la sensación que desprende la propia necesidad del mal en aparecer de la nada, y como si nadie fuese a ser dañado, coge las butacas principales y hace de tu salón su vida. Maldita condición humana.
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