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España España · Castellvell del Camp
Voto de Jordirozsa:
3
Terror. Ciencia ficción. Thriller Cuatro historias entrelazadas con fantasmas, espíritus, criaturas, demonios y más elementos del mundo paranormal chocan con la curiosidad racional.
6 de junio de 2023
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Dirigida por Vincent J. Guastini y Michael Mc.Quown, «The Dark Tapes» (2016) es una nueva antología de cortos, con una parte que debería funcionar como «wrapparound», sin que desempeñe tal cometido, propiamente dicho, pues acaba siendo una fracción más de la colección de breves historias que presenta la cinta, en formato narrativo de «found footage», que combinará la cámara desde diferentes ángulos, la cámara en mano y hasta las «webcams». A pesar de que, con los últimos coletazos de sagas como «Paranormal Activity», se creía ya que esta manera de presentar los nuevos relatos del horror iría en declive, ya entrando a finales de la segunda década de los 2000, todavía se reservaba el lanzamiento de algún que otro intento de mantener su cuota en el mercado, en el momento en el que ya se iba instaurando el VOD a nivel comercial, gracias a la expansión de las plataformas como Amazon, Netflix y otras adláteres.

Como no se podría esperar de otra manera, en esta cinta de bajo presupuesto, como en el caso de muchas de sus «primas hermanas», partimos ya de una base que no introduce demasiadas ideas originales, y que beberá de manidos tópicos de los que se servirá para centrar todo su potencial en el caché técnico-visual. En ningún momento podremos apreciar complejidad estructural o narrativa en su trama o guion. La buscada mezcla del contexto digital con los elementos sobrenaturales (y/o surrealistas) que desfilarán en los contenidos de cada segmento, pretende suplir una falta básica de sustancia temática, que se intenta embadurnar (nunca mejor dicho), con unos efectos de maquillaje que, si en principio son bastante decentes en la medida de los recursos disponibles para la faena, nada pueden para camuflar otros más que cuestionables logros del apartado técnico y, por supuesto, ni mencionar ya lo que se refiere a la factura artística, insulsa, prescindible y olvidable, a penas capaz de cubrir la cuota de expediente que le correspondía.

Los creadores de «The Dark Tapes» basan eminentemente los puntos fuertes de su «film» en el juego de trucos audiovisuales. Como en toda película de metraje encontrado, el ojo subjetivo a través del que entramos en la diégesis es, una vez más, el del operador (en este caso el de cada una de las partes, sin que, contando la que supuestamente hace de hilvanante, haya una referencia clara) que se encarga de dar testimonio de primera mano para dejar constancia de su respectiva aportación, en cada historia, de lo que presenciamos a través de sus lentes.

Uno de los pocos aspectos interesantes, aunque se queda ahí, en la salida, sin más desarrollo que el de dejar a los demás fragmentos huérfanos de significado, es el del concepto que, en el primer episodio «To Catch a Demon», recurre a la idea «lovecraftiana» que concibe un paralelo y enigmático universo del que aparecerán variopintos monstruos, fantasmas, espíritus y demonios, quedando claro desde el primer episodio que todo lo que veremos vendrá de esa trillada gravidez. Y esta inspiración que referencia al maestro del terror de la primera mitad del siglo XX, será el más nimio intento de acercarse a algún punto de solidez argumental en esta producción, que confía todo a la superficialidad de los efectos. En sí mismos, éstos tampoco son nada del otro mundo más allá de los hábiles trucos, tomas y demás propuestas del propio Mc.Quown y de su monaguillo detrás de la cámara, Matt Shapira, demostrando ambos un aceptable (aunque no magistral) oficio en su cometido. Estéticamente, no van más allá de la icónica exhibición, vacía de un real o auténtico interés en desarrollar una historia con sentido y atractivo. Que deja mucho que desear en cuanto a establecer un eficiente nexo entre los «sketches», por encima del montón de «cintas encontradas».

La dirección del cásting (Paul Ruddy) se pasó en su generosa asignación de roles a una multitud ingente de actores y de actrices que no suele aparecer (y digo aparecer, que no representar) en una película de episodios, cuya duración (ni el manifiestamente chapucero guion) no permite un desarrollo para tanto personaje con adecuada profundidad (no hay pan para tanto chorizo), así como los intérpretes que les encarnan o dan vida, puedan lucir sus papeles. Con lo que, por malos actores que sean, no basta para que un buen ojo clínico pueda ponerles a prueba y juzgar su respectiva solvencia escénica. En general, y como suele ser costumbre en tal clase de productos, tenemos un reparto formado por gente más o menos joven, bastantes de ellos y de ellas con un potente físico atractivo, pero poca cosa más que les permitan unos libretos sin demasiada idea ni concierto. Y, hablando de música, la ausencia práctica de una banda sonora eficaz acaba de abandonar a esta película de sal, a la disolución completa en el mar del imperio de nuestros lóbulos cerebrales occipitales, despojando de todo indicio de dramatismo que le de sabor a esta extraña sopa que se nos ha servido.

Con tanto personal chupando cámara, más gente que en un vagón de metro en hora punta, se satura de tal modo el contenido humano, que queda ahogado todo espacio en el que pueda germinar cualquier intento de intensidad dramática. A lo que tampoco contribuye un montaje que, con la intención fallida de dotar de un ritmo que no deje respirar al espectador, nos da en determinados puntos el paseo a toda castaña, sin dejarnos oportunidad de saborear algunos momentos en los que podríamos perfectamente haber sido presa del estremecimiento.

El carácter «indie» de esta película, así como su exigua minuta de 65 mil dólares, no son excusa para bucear en la nada, habiendo sobre la mesa un cúmulo de ideas buenas por desarrollar sin que a nadie se le cayeran los anillos.

A pesar de su ambiciosa (más que eso, pretenciosa) naturaleza, «The Dark Tapes» no logra establecer un continuo de interés entre el amplio abanico de tópicos tratados de base. Aun y contar con esta variedad de temas que potencialmente dan de sí,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
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