No esperaba gran cosa de la película y a fe que así resultó. En ningún momento agrede la sensibilidad del espectador, pero tampoco creo que alcance grandes cotas en ninguna ocasión. Quizá la falta de pretensiones del autor o quizá el hecho de que el guión sea manifiestamente mejorable, o al menos así me lo pareció.
Me gustó el envejecimiento de Robin Williams en su aparición final, incluso su contención en tales momentos, algo difícil de conseguir en este actor.
Duchovny no traspasa la pantalla, precisamente. Y en la parte central del filme sobra material o falta carne.
Aún así, se trata de un filme digno, que si lo hubiera podido ver en versión original seguro que habría ganado bastante.