Cuando vi la primera entrega hace unos meses (en españa ni se estrenó en cines) me pareció una correcta película de acción, bien rodada y bien coreografiada y con un papel protagonista en manos de Keanu Reeves que parecía que podría resucitar su carrera. Y hasta ahí.

Hace unas semanas encontré la música de Ciscandra Nostalghia y poco después me enteré de que parte de la BSO de esta segunda parte era suya. Así que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid decidí ver la película en cines.

Y madre mía.

La entrega supera a la primera parte en todo, acción, espectacularidad y coreografías. Acierta de pleno en seguir ahondando en los entresijos del mundo del crimen que vislumbramos en la primera entrega, acierta al reducir el ritmo durante la primera mitad de la película para asentar sus bases -salvando la escena introductoria, otra maravilla- y acierta en todo lo demás, sobre todo desde mi punto de vista en las cámaras, los enfoques y las paletas de color que usa durante gran parte del metraje -Roma y la lucha final en el museo- con mención especial al concierto en las catacumbas que realmente te hacía sentir que EXISTÍA un submundo tan organizado y tan cercano que completamente desconocíamos. Todo está rodado con un gran sentido estético y unos contrastes lumínicos muy conseguidos. Y la música, por supuesto. El argumento está más trabajado y por supuesto da pie a una siguiente entrega, algo que no hizo la primera parte, tal vez porque entonces no esperaban un éxito como tuviera. Tenemos trilogía.

Por otra parte también es mucho más violenta que la primera entrega -ese lápiz, ACHO- y las actuaciones son mejores, el papel en mi opinión es perfecto para Keanu Reeves, que nunca ha tenido un registro muy amplio pero clava el "fantasma" que se supone que es su personaje, frío y duro.

Y el perrete es un amor.