Realismo mágico que te lleva a la fantasía, más una cruda realidad que te lleva directamente al drama, es la suma perfecta que Carlos Salces nos regala en este increíble film “Zurdo”, con un magnifico manejo de un limitado presupuesto, es una de las pocas películas mexicanas que sin necesidad de mostrar un ambiente “erótico y morboso” (desnudos, escenas sexuales, lenguaje soez en demasía, etc.) tiene al espectador al filo de la butaca desde su comienzo hasta su término.
Dentro del inestable Distrito Federal, esta película cuenta la historia del “Zurdo”, protagonista tan polémico como inocente, con el cual inmediatamente nos sentiremos encariñados y preocupados por sus dichas y desventuras; sin duda lleva al espectador a viajar por el tiempo regresando a la más soñada infancia, en la que un juego de niños, es elevado a un duelo de vida o muerte.
He aquí la genialidad del director; cómo un tema tan sencillo y casi monótono, llega a impactar de tal forma que la historia nos va envolviendo y adentrando a esta aventura, tal cual como si fuéramos un personaje más, he incluso a identificarnos con un personaje existente en ella.
Cabe mencionar que la originalidad del director, no solo queda en el corto presupuesto, que eleva a una gran cinta, si no que continua en un más que increíble manejo de dirección de arte, en la que las escenas destacan una limpieza exquisita, pues aun y a pesar de que la película trata de trasportar a una clase media-baja, la pulcritud de cada uno de los escenarios es precisa.
Y claramente los montajes son justos para cada corte, lo cual hace ver un suceso más real para el espectador, gracias a los grandes angulares y a las tomas de primeros planos que merecen aplausos. Y por supuesto una edición de realismo mágico que da el broche de oro a este film.