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Voto de JaySherman:
7
6.8
3,627
Drama
Deseando morir con dignidad, Hanshiro, un samurái sin recursos, solicita realizar el ritual de suicidio en la residencia del clan Li, cuyo director es Kageyu, un guerrero obstinado. Intentando que cambie de idea, Kageyu le cuenta la trágica historia de Motome, un joven ronin que llegó solicitando lo mismo. Remake en 3D de la película homónima de Masaki Kobayashi (1962), con Tatsuya Nakadai en el papel principal. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2013
2 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es de un atrevimiento loable tratar de emular a un gran clásico como lo es Harakiri de Masaki Kobayashi. No por atrevido resulta útil o necesario, ni mucho menos deleitable.
Surgen las dudas sobre si un remake merece dos críticas separadas: una como película, y otro remake. Pero dado que he visto antes el clásico, ahora me es imposible escribir sobre esta película sin poner en papel cebolla la original encima.
Las diferencias destacan, aunque sutiles, pero firmes, y hacen que pese a seguir el mismo argumento, con los mismos personajes e incluso el mismo escenario, el resultado sea notablemente menor.
El principal problema de la película es que se basa es una obra maestra de la narración, así como en una historia que echaba por tierra mitos y leyendas. Takashi Miike no se ve capaz de afrontar la sutileza y dibuja con trazo negro y bien grueso aspectos que en el original apenas precisaban de un boceto para ser contundentes. La imagen puede ser muy evocadora, pero Miike se esfuerza en que lo sean aun más, si cabe, señalando al espectador con un puntero telescópico a donde debemos dirigir los sentimientos y la mirada.
Por otro lado, el original de Masaki Kobayashi desprestigiaba la rectitud del bushido y se reía de ella, pero ahora nos encontramos con el sacrificio llevado hasta el final, enmendado la vergüenza y cobardía que en la película original quedaban como manchas en la bandera insignia de las leyendas japonesas.
En esta nueva versión se dulcifica el tono y se perdona, con escenas añadidas, a todos los culpables, dejando que limpien el supuesto honor donde la versión original dejaba la podredumbre de la decadencia.
El resumen claro es que la película es como un disculpa de la original.
Surgen las dudas sobre si un remake merece dos críticas separadas: una como película, y otro remake. Pero dado que he visto antes el clásico, ahora me es imposible escribir sobre esta película sin poner en papel cebolla la original encima.
Las diferencias destacan, aunque sutiles, pero firmes, y hacen que pese a seguir el mismo argumento, con los mismos personajes e incluso el mismo escenario, el resultado sea notablemente menor.
El principal problema de la película es que se basa es una obra maestra de la narración, así como en una historia que echaba por tierra mitos y leyendas. Takashi Miike no se ve capaz de afrontar la sutileza y dibuja con trazo negro y bien grueso aspectos que en el original apenas precisaban de un boceto para ser contundentes. La imagen puede ser muy evocadora, pero Miike se esfuerza en que lo sean aun más, si cabe, señalando al espectador con un puntero telescópico a donde debemos dirigir los sentimientos y la mirada.
Por otro lado, el original de Masaki Kobayashi desprestigiaba la rectitud del bushido y se reía de ella, pero ahora nos encontramos con el sacrificio llevado hasta el final, enmendado la vergüenza y cobardía que en la película original quedaban como manchas en la bandera insignia de las leyendas japonesas.
En esta nueva versión se dulcifica el tono y se perdona, con escenas añadidas, a todos los culpables, dejando que limpien el supuesto honor donde la versión original dejaba la podredumbre de la decadencia.
El resumen claro es que la película es como un disculpa de la original.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En la versión original nadie ayuda al ronin a morir con dignidad cuando descubren que sólo llevaba encima armas de bambú. En esta nueva versión el señor y maestro de la clan ofrece su espada, pero se lo impiden.
Al final de la nueva versión de esta película se presentan los tres samurais que perdieron su coleta en combate y se ajustician ellos mismo. En la original estos secuaces quedan escondidos en sus casas y les mandan buscar para que sean obligados a practicarse el harakiri.
Hay más detalles similares, pero todos apuntan a la misma dirección: salvar de la quema el bushido.
Al final de la nueva versión de esta película se presentan los tres samurais que perdieron su coleta en combate y se ajustician ellos mismo. En la original estos secuaces quedan escondidos en sus casas y les mandan buscar para que sean obligados a practicarse el harakiri.
Hay más detalles similares, pero todos apuntan a la misma dirección: salvar de la quema el bushido.