"Las vidas de Grace" es probablemente la mejor película que se ha estrenado este año, una de esas joyas inesperadas que de vez en cuando nos regala el cine independiente yanqui, una película conmovedora e inteligente que trata con una delicadeza modélica temas extremadamente escabrosos (los abusos físicos y sexuales a menores, los traumas que estos generan a largo plazo), que plasma con una naturalidad pasmosa situaciones anómalas...pero cotidianas para quien las vive, que consigue introducir contrapuntos humorísticos que no chirrían en una trama esencialmente dramática y que logra emocionar sin recurrir a trucos sentimentalistas. Algunas escenas (la del rap, la del cuento con dibujos) son estremecedoras en el mejor sentido de la palabra. Es, en resumen, una gran película. Es, como digo en el título de la crítica, casi perfecta dentro de su género y sus posibilidades. Pero le falta el casi. Y le falta por dos cosas: hay un personaje (y es un personaje de cierta importancia) que resulta absolutamente inverosímil y hasta cursi, y luego está el muy forzado final feliz que no encaja en el tono naturalista y sin imposturas del resto del filme. Doy detalles de ambas cuestiones en el spoiler.
En todo caso, altamente recomendable.