Arabella es una escritora millenial en el Londres actual que tras una noche de fiesta, alcohol y algunas drogas empieza a darse cuenta de que ha sufrido una agresión sexual.

Es una historia muy personal a la autora, que es algo así como un genio, y muestra las vicisitudes de esta tuitera que se convierte en bloquear y la lleva a un contrato editorial con las dudas sobre finalizar a tiempo, sus ansias por seguir de fiesta y sus amigos y personajes cercanos todo contado con una voz muy personal y un estilo que se siente muy auténtico.

Si solo ves el primer episodio puedes pensar que la serie busca recomponer esa noche y encontrar quién y cómo sucedió ese asalto o si realmente sucedió. A primeras parece “Únicamente” eso, pero hay muchísimas capas en la historia sobre la amistad, el consentimiento, la rutina de pareja y la actualidad de dinámicas de pareja.

La serie no se mueve en el terreno del blanco y negro sino en lo gris en las nuevas dinámicas.

Esta serie está diciendo mucho más que un “asalto sexual que me destrozó la vida” ya que no se localiza únicamente en el drama sino en la ambición de la protagonista, su humor, su PTSD…

No, habla de la vida, de la nueva realidad, redes sociales y del sexo.

El sexo es gran parte de la historia y es muy real con mucho detalle que le hace sentir muy real y los tonos van cambiando pero siempre con transiciones naturales.

La forma es rozando el documental realista y natural, muy de Sam Miller que codirige y que lo convierte en algo visualmente super interesante visualmente aparte de la propia serie en sí.

Es una serie totalmente del momento y sin salidas o explicaciones fáciles e increíblemente valiente, único y original.