Es una de las buenas frases para el titulo de esta critica, pero había alguna mas, una en referencia a la próxima estación de metro, pero no he encontrado la apropiada. Algo referente al glamour de los asesinos también, pero lo mas apropiado era hacer una referencia a esos hoteles intocables. Terreno neutral para villanos y delincuentes a los que se les supone una clase y una elegancia que seguro que dista mucho del mundo real donde los porteros de discoteca y los traficantes mafiosos no son kingsman.

El continental e Ian McShane son los verdaderos protagonistas de esta atípica película de asesinos con código de honor basado en monedas antiguas, pagares y oficinas antiguas de telefonistas de mediana edad.

Interesante aportación de Laurence Fishburne, un bonito guiño a Matrix.

La película es buena, aunque con altibajos, la primera parte aunque se parece muchísimo y enlaza muy bien con la primera (obra maestra de película), no es un buen comienzo.
El desarrollo esta bien, con mucha acción y nada nuevo, pero lo de poner precio a la cabeza del protagonista y llenar la pantalla de asesinos es una buena idea, y lo de comparar al héroe con el mismísimo diablo es mejor aun