La primera temporada de Dark aporta una historia misteriosa y bien presentada. Es enrevesada y te anima a especular sobre lo que está pasando. Lo que ocurrió. Lo que ocurrirá. Pero en los dos últimos capítulos empiezas a sospechar que no van a clarificarse las cosas. Y empiezas a desear que los personajes fueran más entretenidos para que si llega una segunda temporada al menos no te deje la sensación de que están estirando algo que no da más de sí. Desafortunadamente hay segunda temporada e incluso una tercera, que ya afrontas sin ilusión. Al final todo queda claro. Se cierra en firme. Pero ¿hacía falta tanto metraje para llegar ahí? No, para nada. Es más, sientes que te toman el pelo. Y lo peor, los personajes, que están bien interpretados, son unos tristes que no te emocionan porque su historia hace muchos capítulos que dejó de ser interesante. Una pena, porque el relato tiene mucho potencial.