Cosas locas deambulan ahora por mi cabeza ("¿cómo es que no la vi antes?"....). Al terminar de verla volví sobre un detalle -cuya genialidad se me revela ahora- que me llamó la atención al principio: ese Juez que con no disimulado desgano les explica a los miembros del Jurado cómo funciona la cosa. El acusado será declarado culpable si las evidencias del caso no dejaren ninguna duda razonable en fallo necesariamente unánime, en cuya circunstancia será condenado a muerte. Así de simple. Vayan y resuelvan. Se parece a como funciona el sistema judicial, pero me temo que en esta película todo va mucho más allá, que el Juez desganado es una suerte de deidad, y que el juego -por llamarlo de alguna manera- que impone a ese Jurado de nada más y nada menos que simples seres humanos tiene una hondura y significado que los excede infinitamente, pero de cuya resolución depende no ya simplemente la vida del acusado sino el destino -la salvación, específicamente- de toda la humanidad.