Divertida película que retoma el cliché del visitante bueno y milagroso en un centro de mentes inestables, aunque llevado de una forma muy novedosa.

Lo que mola:
- Simpática historia con simpatiquísimos personajes.
- Un alto canto a la integridad y a los valores sin caer en la moralina en ningún momento.
- La bonita banda sonora y las estupendas canciones del coro.
- La interpretación de los niños: a los mocosos del cine de Hollywood les suele faltar carisma, pero a estos les sobra.
- La forma profunda y personal en la que se explora la psicología de las personas.

Lo que no mola:
- El altibajo moral que pega el director a lo largo de la película, un golpe muy, muy malo, puro estereotipo.
- No gusto de historias narradas desde una visión pretérita.
- Si eres sordo, aquí los subtítulos no te compensarán mucho.

De lo mejor que nos ha brindado el cine francés últimamente, sin la menor duda.