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España España · Sevilla
Voto de Cjacoana:
2
Drama Relata la vida marginal de un hombre y sus dos hijos en la Taipei moderna. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no he visto ninguna película del taiwanés, pero sí que es cierto que se conoce al director por ser un cineasta peculiar de reconocido prestigio, por utilizar un estilo inconfundible y por su dominio de la técnica cinematográfica. Con semejantes referencias y al estar esta película aclamada por gran parte de la crítica, pues uno se hace ilusiones. Ilusiones que te haces si el amigo Tsai es un completo desconocido para ti (que era mi caso).

La película es mala hasta decir basta, por favor, matadme si tenéis compasión. La cosa es que a la crítica le gusta; no sé, a lo mejor soy yo, que no estoy hecho para del cine d'auteur... El caso, que la película es horrenda, sin sentido ni interés, lenta (eterna, más bien), aburrida. Dos horas y cuarto insoportables. Pero soy un profesional, hombre, si sufro me sacrifico hasta el final (no como la veintena de acreditados que salieron de puntillas durante la proyección y la espantada final cuando terminó el tormento). A mí me gustan las películas que cuentan historias y me parecen absurdas las producciones que intentan forzar una historia o crearla de la nada. He aquí otro caso.

Las interpretaciones logran salvarse algo no por el nivel, que son inexpresivas y sin atractivo, sino por su exigencia. El rodaje para ellos ha tenido que ser menudo y alabo a los dos protagonistas por haber soportado los devaneos de Ming-Liang. Por lo visto, este director se vanagloria de sus montajes llamémoslos excéntricos. Yo me excederé, como siempre, y los calificaré de insufribles. Los cambios de plano durante toda la película se pueden contar con los dedos de una mano y todavía nos sobrarían dedos, los planos secuencia son eternos y estáticos en los que el actor se encuentra inmutable o haciendo lo que quiera que el taiwanés le haya dicho que haga. Memorables son (nótese la ironía) la escena de más de diez minutos sin cortes en único plano de la pelea del protagonista con un repollo y los dos planos finales que entre ambos cuentan los últimos 25 minutos de la película.

Aún así, hay que reconocer la exigencia técnica de este despropósito. Digna de alabar ya que el rodar una secuencia en un plano durante más de 10 minutos exige mucho de los técnicos y del actor ya que cualquier fallo, error o interrupción por vaya usted a saber qué avatares del destino, supondría el comenzar nuevamente con el rodaje de la escena. En fin, insoportable. Se le exige demasiado al espectador para tan escasa o nula recompensa.
Cjacoana
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