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Israel Israel · Jerusalem
Voto de Ehavled Jef:
9
Drama El conflicto palestino-israelí sirve de telón de fondo a este drama. Salma, una viuda palestina, tiene un litigio con el ministro de Defensa israelí. La casa de éste, en la frontera palestino-israelí, linda con su campo de limoneros. Cuando las autoridades deciden que los árboles deben ser talados porque representan una amenaza para el ministro de Defensa y su familia, Salma decide emprender una batalla legal para salvar sus limoneros. (FILMAFFINITY) [+]
3 de junio de 2009
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el color, el sabor, la preciosidad para los ojos, quiere ser erradicado, quitado del medio por mor de la seguridad de un ministro del ejército, meramente por esto, pendejamente por eso. ¡Oh Universo!

¡Qué belleza la del color de los limoneros! Tanta como la de los membrillos, de ahí mi crítica a Antonio López, cuando en la película "El sol del membrillo" (Víctor Erice, España 1992) cometió el error de borrar el dibujo que había hecho de ellos en su esplendor y belleza de amarillo, verde y demás colores y plasmarlos en un artificioso blanco y negro de carboncillo, vamos casi como el color del muro que separa a Israel de Cisjordania. Cosas así son deprimentes elevadas al cubo.

Por favor, los limones son amarillos, son soles acompañados de verdor, y es ahí precisamente donde radica su belleza cautivadora, su materialidad imantadora, su goce para la vista.

Querer matar esa naturaleza asombrosamente viva, esa maravilla en medio de un mundo civilizado de viviendas y poblaciones a cual más feas y donde abunda la mierda y el asqueamiento para las pupilas, querer arrancar limoneros (presencia de lo divino-hermoso-oloroso-sabroso-jugoso-eterno-soleado) es un auténtico atentado contra la esencia de lo verdaderamente crucial e importante en la razón de ser, contra la humanidad, contra todas las razones que tiene Israel para defenderse del terrorismo fanático-islamista.

Así pues Eran Riklis toca un tema agudo, afilado, el de la pugna entre el Estado de Israel y los palestinos, con la valentía característica de los intelectuales independientes, críticos que ante todo son autocríticos, veraces equilibrados que son dignos de señalar las necedades y cualidades de un bando u otro, sea el que sea, o se llamen como se llamen.

Película muy recomendable de ver. En ella el Estado de Israel no queda peor parado que la Autoridad Palestina. En este filme lo que se pone de manifiesto por excelencia es como la poesía y belleza natural no vale nada cuando se trata de la seguridad de los "huevos" de un político (dado que son los "huevos" de los "nuevos amos", o sea, por lo visto, "huevos de oro"). Y este derroche, exceso y autocracia de los políticos, de los nuevos amos de la sociedad, es la misma en todos lados, sea el país que sea o el partido del signo que quiera.
Ehavled Jef
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