Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Ehavled Jef
0
Listas
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por Ehavled Jef
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ehavled Jef:
9

Voto de Ehavled Jef:
9
6.2
2,271
Bélico
Septiembre de 1944. En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, durante la batalla del bosque de Hürtgen, el soldado David Manning (Ron Eldard) abandona a su pesar a un compañero mortalmente herido para reunirse con sus compañeros de pelotón. Desgraciadamente, el Capitán Pritchett le comunica que todos han muerto. Manning es entonces ascendido a sargento en contra la opinión del sargento Talbot, que lo considera un cobarde. (FILMAFFINITY) [+]
24 de noviembre de 2009
24 de noviembre de 2009
49 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobrecogedora película bélica de la II G.M. en Europa, centrada en la carnicería sucedida en la famosa batalla del Bosque de Hürtgen, donde los alemanes le hicieron perder miles de vidas al ejército norteamericano cuando éstos ya se creían vencedores de la guerra tras haber echado a los nazis de Francia y desfilar entre vítores por París.
El Bosque de Hürtgen, abarca también los bosques de Roetgen y Wenau que se extienden desde la frontera entre Alemania y Bélgica, en un área de unos 120 Kms2; se trata de una gran masa forestal en forma de triángulo con las ciudades de Aachen, Monschau y Duren por vértices. La combinación del mal tiempo que hizo (lluvia, niebla y frío), sumado a la humedad, claustrofobia y desorientación propios del bosque en sí; además de las minas, los tanques y la artillería alemanas, etc., convirtieron al Bosque de Hürtgen en el "Grune Holle" (Infierno Verde), donde murieron cerca de treinta mil soldados aliados.
La situación que allí se dio fue lamentable, muchos miembros del ejército norteamericano fueron presa del pánico, de huidas, de desbandadas, de deserción. Hubo bastantes arrestados por incumplir las órdenes o evacuados por presentar agudas alteraciones psicológicas. La batalla del Bosque de Hüertgen en noviembre de 1944 fue la última gran vistoria alemana y la más severa derrota particular de los estadounidenses en su contienda europea de la II G.M. De hecho la 28ª Division de infanteria USA quedó prácticamente destruida y otras cinco divisiones sufrieron considerables bajas. Sin exagerar, el ejército de EE.UU. perdió en esta batalla, contra los alemanes replegados, la terrorífica cifra de más de 23.000 hombres, sin contar otros varios miles por enfermedad y diversas causas. Todo esto queda reflejado de forma excelente en este filme de John Irvin: "Cuando callan las trompetas".
Como dijo el General James M. Gavin comandante de la legendaria 82ª División Aerotransportada en su ensayo "La sangrienta Hürtgen": «Para los estadounidenses tratar de ocupar el bosque fue una horrorosa equivocación.»
Estamos pues ante una digna película porque muestra con gran realismo lo que sucedió en esa batalla, tanto a grosso modo como a nivel individual. En este aspecto último destaca el protagonista, un antihéroe que en en el fondo resulta heroico, un soldado raso que sin quererlo, contra su voluntad y protesta, se verá en menos de una semana ascendido a sargento y luego a oficial, sólo porque es quien mejor sabe cuidar de su pellejo, entre otras cosas.
La película es de un ritmo bélico destripador; pero tiene momentos apasionantes, por ejemplo cada vez que el protagonista (un contestatario y nada formal con los mandos que tiene por encima) se las ve con sus oficiales, jefes y compañeros, además de con el escuadrón de soldados novatos que le encargan comandar. A simple vista a nadie parece caerle bien; pero por su fría y veraz manera de encarar los acontecimientos, el tipo suscita respeto y admiración.
El Bosque de Hürtgen, abarca también los bosques de Roetgen y Wenau que se extienden desde la frontera entre Alemania y Bélgica, en un área de unos 120 Kms2; se trata de una gran masa forestal en forma de triángulo con las ciudades de Aachen, Monschau y Duren por vértices. La combinación del mal tiempo que hizo (lluvia, niebla y frío), sumado a la humedad, claustrofobia y desorientación propios del bosque en sí; además de las minas, los tanques y la artillería alemanas, etc., convirtieron al Bosque de Hürtgen en el "Grune Holle" (Infierno Verde), donde murieron cerca de treinta mil soldados aliados.
La situación que allí se dio fue lamentable, muchos miembros del ejército norteamericano fueron presa del pánico, de huidas, de desbandadas, de deserción. Hubo bastantes arrestados por incumplir las órdenes o evacuados por presentar agudas alteraciones psicológicas. La batalla del Bosque de Hüertgen en noviembre de 1944 fue la última gran vistoria alemana y la más severa derrota particular de los estadounidenses en su contienda europea de la II G.M. De hecho la 28ª Division de infanteria USA quedó prácticamente destruida y otras cinco divisiones sufrieron considerables bajas. Sin exagerar, el ejército de EE.UU. perdió en esta batalla, contra los alemanes replegados, la terrorífica cifra de más de 23.000 hombres, sin contar otros varios miles por enfermedad y diversas causas. Todo esto queda reflejado de forma excelente en este filme de John Irvin: "Cuando callan las trompetas".
Como dijo el General James M. Gavin comandante de la legendaria 82ª División Aerotransportada en su ensayo "La sangrienta Hürtgen": «Para los estadounidenses tratar de ocupar el bosque fue una horrorosa equivocación.»
Estamos pues ante una digna película porque muestra con gran realismo lo que sucedió en esa batalla, tanto a grosso modo como a nivel individual. En este aspecto último destaca el protagonista, un antihéroe que en en el fondo resulta heroico, un soldado raso que sin quererlo, contra su voluntad y protesta, se verá en menos de una semana ascendido a sargento y luego a oficial, sólo porque es quien mejor sabe cuidar de su pellejo, entre otras cosas.
La película es de un ritmo bélico destripador; pero tiene momentos apasionantes, por ejemplo cada vez que el protagonista (un contestatario y nada formal con los mandos que tiene por encima) se las ve con sus oficiales, jefes y compañeros, además de con el escuadrón de soldados novatos que le encargan comandar. A simple vista a nadie parece caerle bien; pero por su fría y veraz manera de encarar los acontecimientos, el tipo suscita respeto y admiración.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es sin piedad. Demasiado histórico-realista. Incluso se permite, no sé si con significativa y llamativa coña irónica (tal vez en honor de algunos mandos aliados, que pensaban que sus soldados estarían en casa para Navidad), acabar mostrando los rótulos finales mientras suena la canción "White Christmas", esa que dice:
"I’m dreaming of a white Christmas
Just like the ones I used to know
Where the treetops glisten
and children listen
To hear sleigh bells in the snow
I’m dreaming of a white Christmas
With every Christmas card I write
May your days be merry and bright
And may all your Christmases be white
I’m dreaming of a white Christmas
With every Christmas card I write
May your days be merry and bright
And may all your Christmases be white
A sleighing song tonight."
Tremendo y desconsolador final, donde John Irvin echa por tierra todas las ilusiones o esperanzas de los espectadores respecto a algún reconocimiento para los bravos, para los singulares, para los silenciosos y valientes héroes con los que durante el desarrollo de la acción nos había familiarizado.
Fej Delvahe
"I’m dreaming of a white Christmas
Just like the ones I used to know
Where the treetops glisten
and children listen
To hear sleigh bells in the snow
I’m dreaming of a white Christmas
With every Christmas card I write
May your days be merry and bright
And may all your Christmases be white
I’m dreaming of a white Christmas
With every Christmas card I write
May your days be merry and bright
And may all your Christmases be white
A sleighing song tonight."
Tremendo y desconsolador final, donde John Irvin echa por tierra todas las ilusiones o esperanzas de los espectadores respecto a algún reconocimiento para los bravos, para los singulares, para los silenciosos y valientes héroes con los que durante el desarrollo de la acción nos había familiarizado.
Fej Delvahe